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Hansi Flick debe gestionar la primera crisis de juego y resultados del Barça. La derrota en Anoeta y el frustrante empate en Balaídos han molestado al técnico alemán, decepcionado con la actitud de sus futbolistas. Tras los avisos contra el Espanyol y la Real Sociedad, el entrenador expresó su desencanto con los jugadores.

El Barça no supo cerrar un partido que tenía totalmente ganado en Vigo. La expulsión de Marc Casadó, en el minuto 82, no justifica el hundimiento del equipo. Hasta entonces, el líder ganaba por su efectividad ante la portería rival, pero su juego no era convincente.

Falta de ambición

Terminado el partido, Flick se reunió con los futbolistas. Habitualmente espera un día para exponer los motivos de sus quejas. En Vigo, no. El técnico alemán se dirigió a los jugadores tras el empate y les recriminó su mal juego y, sobre todo, su falta de ambición. Se quejó de que jugando al 80 u 85% no se ganan los partidos.

Flick detecta desde hace una semanas un importante problema de actitud. Quiere más intensidad. Tras las victorias ante el Bayern y el Real Madrid, el equipo se ha relajado.

El pasado reciente

El Barça ya vivió una situación parecida hace tres años. En la primera temporada de Xavi Hernández como técnico barcelonista, el equipo arrolló al Real Madrid en el Bernabéu (0-4) y después entró en crisis, siendo eliminado de la Europa League y complcándose la segunda plaza en la Liga.

El vestuario del Barça, lleno de felicidad en la celebración de la victoria contra el Bayern de Múnich EFE

Fermín López pelea por un balón en Balaídos, campo del Celta-Barça FCB

Flick quiere atajar el problema. En Vigo exhibió su perfil más exigente. Por un día cambió su talante más afable y cercano al futbolista con una bronca sonada. Siempre con buenas palabras y sin señalar a nadie, a la espera de una reacción inmediata en la Liga, competición en la que el Barça todavía tiene cuatro puntos más que el Real Madrid, aunque el grupo blanco ha disputado un partido menos.

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