Hansi Flick tiene un once tipo. Una alineación titular inamovible, en parte, porque gran parte de la plantilla estaba lesionada y el técnico alemán ha confiado en una serie de jugadores que han rendido a las mil maravillas. Hoy por hoy, la enfermería está ocupada por Ferran Torres, Éric García, Ronald Araujo, Andreas Christensen, Ansu Fati, Marc André ter Stegen y Marc Bernal. Y, hasta hace nada, tenía una cama Gavi.
El centrocampista formado en la Masía se rompió el ligamento cruzado la pasada temporada, con afectación en el menisco. Un año después, recibió el alta. Desde ese día, ha jugado a cuentagotas. El staff de Flick está cuidando de un Gavi que, a su vez, vive los pocos minutos con cierta resignación, según explica el colaborador de Culemanía, Javier Miguel, en el diario As.
Ser el de antes
El mediocentro de El Campillo quiere volver a ser el de antes y es consciente de que el proceso será muy lento. Pero es un jugador con mucho nervio, apasionado, como ya ha demostrado en el rectángulo de juego, y desea maravillar al mundo del fútbol como lo hizo antes de la lesión.
Flick está gestionando las ansias de Gavi, siguiendo los consejos de los preparadores físicos y el cuerpo médico. Después de pasar por una recuperación larga, de una lesión preocupante, es importante andar con pies de plomo. El jugador andaluz recibió el alta el pasado 20 de octubre.
A cuentagotas
Desde entonces, ha ido sumando minutos saliendo desde el banquillo. Los primeros, contra el Sevilla, justo después de volver a una convocatoria. Hasta el momento, solo acumula 48 minutos de juego. Va saliendo a partir del 80', pero le gustaría estar más sobre el verde.
Paulatinamente, la cantidad de minutos irá en aumento. Y no sería extraño ver alguna titularidad, si todo va bien, ante de que acabe el año. Gavi quiere volver a ser el "corazón con patas" del Barça. Así le bautizó Xavi. Lo logrará, a su debido tiempo.