El Barça de Hansi Flick no tiene miedo. La Champions ya no es percibida como una competición maldita, inalcanzable. El equipo azulgrana es un claro aspirante a ganar el torneo más prestigioso del fútbol europeo. Su fútbol, más directo y vertical, es tan brillante como efectivo y, posiblemente, más temido por sus rivales. Tras muchos años de estancarse con una idea, el Barcelona ha sabido evolucionar. El modelo no se toca, pero se perfecciona, para salvación de Joan Laporta, un presidente que hace poco estaba con la soga al cuello.
En Belgrado, el Barça volvió a ser una máquina casi perfecta. Una máquina de precisión alemana. Fue muy superior al Estrella Roja, una antigua potencia que ahora está en otra dimensión, y solo tuvo problemas durante unos minutos de la primera parte. Su equipo cada vez se parece más al de Pep Guardiola por su fiabilidad y ambición.
Los principios de Flick
El Barça todavía palidece en los despachos, por su delicada situación económica, pero disfruta en el campo. Flick es un entrenador muy exigente, con las ideas claras, y sus futbolistas han asimilado perfectamente sus principios. Hoy, el Barcelona es un equipo imponente con el balón, pero también sin él.
Presiona el Barça mejor que nadie, con las líneas avanzadas y muy juntas. Combina lo mejor de la escuela cruyffista con la metodología germana. Y, de momento, el invento funciona perfectamente, para tranquilidad de un Laporta que vive al día, con muchos altibajos.
Barça y Liverpool
Laporta, superado un verano complicado, tiene buenas sensaciones. También los futbolistas y los aficionados. En 2008, superó una moción de censura por los pelos y poco después celebró un sextete impensable, con Pep Guardiola. Ahora es Hansi Flick quien ha rescatado a un equipo deprimido y a un club demasiado convulso.
El mejor Barça ha vuelto. Ya nadie se pone límites en el club porque nadie intimida tanto en Europa. Si acaso, el Liverpool, que también manda en la Premier. Flick es el técnico de moda y la entidad es admirada por su fútbol formativo, por el buen trabajo que se hace en la Masía.
La Masía
Tres años después de la traumática salida de Messi, el Barça ha tenido que fabricar otro crack porque ya no puede fichar a golpe de talonario. La nueva estrella es Lamine Yamal, un menor de edad (17 años) que mezcla perfectamente con Robert Lewandowski, 19 años mayor, y Raphinha, un jugador que no hace tanto era vilipendiado y que ahora lo hace todo bien.
El Barça, líder destacado en la Liga, ya suma 9 puntos de 12 posibles en Europa. Ya es sexto, una plaza que firmaría al terminar la liguilla porque daría acceso directo a los octavos de final, sin necesidad de tener que disputar una eliminatoria a cara o cruz. En cuatro partidos, el equipo de Flick ha marcado 15 goles y ha encajado 5 (+ 10), y es el club que tiene una mayor diferencia de goles. La buena gestión de Flick es el mejor ansiolítico para Laporta, el único presidente del Barcelona que puede presumir de haber ganado dos veces la Champions.