El FC Barcelona de Hansi Flick es un equipo con las ideas claras. Todos los jugadores saben qué hacer y cómo posicionarse. El técnico alemán se ve obligado a hacer rotaciones ante un calendario asfixiante, de partido cada tres días. El conjunto azulgrana está empezando a notar la plaga de lesiones. Sobre todo, en el centro del campo. La lesión de Marc Bernal ha destapado las carencias de la dirección deportiva durante el verano. Flick no tiene un mediocentro posicional.
Y es que el pivote era una de las prioridades al inicio del mercado, junto al extremo izquierdo. La delicada situación económica del club hizo imposible dicha contratación. El Barça no era capaz de inscribir a jugadores --con Dani Olmo fue posible gracias a la lesión de Andreas Christensen-- y Flick empezó a descubrir la Masía. Aparecieron Bernal y su talento y arrasaron con la planificación. Ahora, el equipo echa de menos a un centrocampista posicional, un fichaje que nunca ha llegado.
Bajo mínimos
La plantilla está en cuadro si, además, se le añaden las dolencias de Fermín López, Frenkie de Jong, Gavi y Dani Olmo. Hansi se ha quedado sin interiores y no ha podido reconvertir a ninguno en pivote. El propio técnico, contra Osasuna (4-2), prefirió cuidar a sus jugadores, mermados físicamente, antes que forzar a los que ya acumulan muchos minutos.
"Si miras nuestro equipo, no tenemos muchas opciones. Tenemos tres centrocampistas, cuatro si contamos a Éric... Casadó, Pedri y Pablo Torre. Hay que decidir qué jugadores empiezan y quién descansa. Espero que vuelven jugadores lesiones después del parón, eso nos ayudará", declaró Flick después de la derrota en El Sadar.
La reconversión de Éric
La solución que ha hallado el míster teutón es colocar a Éric en esa posición, algo que, a su vez, ha repercutido en la zaga defensiva. Flick no tiene opciones. García no da la misma claridad al juego y le cuesta más replegar hacia atrás. Osasuna fue un martirio en las contras. Además, el cambio de posición ha hecho que, en posiciones defensivas, el Barça solo tenga a Pau Cubarsí e Iñigo Martínez del primer equipo.
El no haber fichado a un centrocampista posicional ha repercutido de esta manera. En Pamplona se notó. Flick rotó a Iñigo y Sergi Domínguez salió a El Sadar, uno de los feudos más complicados de la primera división. El centro del campo no fue lo mismo. Flick echa de menos a un pivote defensivo.