Con Hansi Flick todo es posible. O casi todo. Con Xavi Hernández, Pablo Torre era un actor muy secundario, casi un extra. Con Flick, es titular, aunque sea por necesidades del guion. También es un actor principal Éric García, reconvertido a mediocentro. Y, por supuesto, Marc Casadó, a quien el técnico de Terrassa no daba carrete y ahora es la pieza más importante del actual entrenador del Barça.

El Barça de Flick es un equipo más directo y vertical. Tal vez elabora menos, pero sigue queriendo el balón. También quiere ser protagonista. Dominador. Lesionados Gavi, Frenkie de Jong, Fermín y Marc Bernal, el entrenador alemán ha conseguido que la sala de máquinas siga funcionando.

El cambio de papeles

Éric García no esconde que prefiere jugar de central, pero como mediocentro lee muy bien los partidos. Todavía le faltan muchos automatismos, pero el gol de Lewandowski ante Getafe comenzó con un pase en profundidad suyo a Jules Koundé.

Pablo Torre también es más regular que hace dos años. Es un futbolista desequilibrante entre líneas y cada vez más intenso en defensa. Le falta ser más regular, pero no desentona. Y mucho menos Marc Casadó, solvente como mediocentro y como interior. Casadó es un torbellino. No descansa y su intensidad es bendecida por Flick.

Pedri, suplente ante el Getafe

El Getafe, posiblemente el equipo más rudo de Primera División, incomodó al Barça, que tuvo casi siempre el control del partido. Al grupo azulgrana le faltó pegada y, al final, le sobró ansiedad. Por un día, Pedri no pudo imponer su ley porque el encuentro estaba roto en el tramo final.

El gesto cariñoso de Hansi Flick a Pedri tras la victoria contra el Getafe EFE

Pedri también va a más. Las lesiones musculares forman parte del pasado y Flick está encantado con su calidad técnica. El técnico es optimista, y a medio plazo espera contar con Gavi, Frenkie de Jong y Fermín, tres piezas básicas que deben mejorar las prestaciones de un Barça hambriento.

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