El Barça de Flick ya conoce la cara amarga de la derrota. En el Stade Louis II, en su estreno en la Champions, el equipo azulgrana fue superado por el Mónaco, que penalizó el error inicial de Ter Stegen y la expulsión de Éric García a los 10 minutos. No leyó bien el técnico alemán el partido, en el que muchos futbolistas rindieron por debajo de su nivel habitual.
Flick solo cambió una pieza respecto al equipo que derrotó al Girona en Montilivi. El lesionado Dani Olmo fue sustituido por Éric García. Solo hizo un cambio, pero era elocuente. Muy signficiativo. Delataba que quería un Barça más defensivo.
El socio de Pedri
La elección de Éric García como mediocentro no fue acertada. El futbolista de Martorell no supo corregir el error de Ter Stegen y fue expulsado. Marc Casadó, de nuevo como interior, fue el jugador que aportó más criterios. Nunca se escondió.
Los mejores momentos del Barça coincidieron con un Casadó muy activo, autoritario, repartiendo juego. Tras la expulsión de Éric retrasó su demarcación y estuvo más cómodo que Pedri.
Asistencia a Lamine
Casadó estuvo bien. También Lamine Yamal, que se inventó un gol que supuso el empate del Barça durante muchos minutos, tras una buena asistencia del centrocampista. Menos acierto estuvo el joven delantero en la segunda parte, pero él y Casadó fueron las únicas notas positivas del equipo en Mónaco.
Hoy, Casadó es una pieza básica para el Barça. Su actual valor de mercado es solo de 2,50 millones de euros, según Transfermarkt, pero es un futbolista que cotiza al alza. Ha participado ya en cuatro partidos y ha dado dos asistencias y simboliza mejor que nadie el gran cambio del Barça con Flick.