Joan Laporta ve un poco de luz en la desesperada situación económica del Barça. En su excesiva masa salarial. Deco, su máximo ejecutivo deportivo, ha hecho parte de los deberes al colocar a Clement Lenglet en el Atlético de Madrid. Entre los dos clubes hay un principio de acuerdo, pero todavía falta la rúbrica.
El de Lenglet fue un fichaje muy celebrado el Barça en 2018. Entonces, el expresidente Bartomeu pagó 35,9 millones de euros al Sevilla por un futbolista que fue imprescindible para Ernesto Valverde. Defensa de alto rendimiento durante dos años, fue de más a menos y no tuvo continuidad con Ronald Koeman y Xavi Hernández.
Un problema de 16 millones anuales
Lenglet pasó de ser una solución a un problema, sobre todo tras diferir y ampliar su contrato en 2020, en plena pandemia. Su declive deportivo coincidió con un salario que se disparó hasta los 16 millones de euros anuales.
Cedido hace dos años al Tottenham, parecía que volvía la mejor versión de Lenglet, pero apretó tanto el Barça que el club londinense no ejecutó la opción de compra que tenía. El curso pasado, ya en el Aston Villa, su rendimiento menguó. Con Unai Emery jugó poco y regresó a Barcelona.
Las ofertas rechazadas
Lenglet sabía que debía buscarse otra vez la vida. El Barça no lo quiere por su salario y le puso en venta. Sus planes, sin embargo, chocaron con la negativa del futbolista de jugar en Arabia Saudí o Turquía. También rechazó ofertas de Francia.
El defensa priorizó su continuidad en España. Villarreal, Sevilla y Real Sociedad sondearon su fichaje o cesión, pero descartaron su contratación por su elevada ficha. La solución ha llegado con el Atlético.
Pitado en el Gamper por la afición
El Barça y Lenglet ahora buscan la fórmula para sellar su desvinulación. Ya sea mediante la carta de libertad o mediante un nuevo contrato para diferir su salario. El futbolista, de momento, quiere cobrar todo lo firmado y no tiene prisa. Deco, mientras, ya ve el vaso medio lleno, que no es poco. Y mucho menos con Lenglet, pitado por la afición del Barça en el Gamper.