Hansi Flick ya lo sabe: su Barça es mucho peor que el Bayern que lo ganó todo con él en 2020. No lo tendrá fácil el técnico alemán para construir un proyecto ganador con un equipo herido y un club con muchas urgencias y más deudas. En el estreno ante su afición, a cinco días del debut en la Liga, el Mónaco le sacó los colores a un Barça en paños menores. Con muchas dudas.
La transición del fútbol elaborado, con un mediocentro y dos interiores de Xavi a un juego más directo y vertical con Flick no será sencilla en el Barça. O eso parece. Todavía es un equipo frágil mentalmente, que se hunde al primer contratiempo. "Nos han faltado pases rápidos y un ritmo más alto. También hemos fallado en la presión, pero yo sé qué puede hacer este equipo. Cada vez estaremos mejor físicamente", ha comentado Flick en declaraciones a TV3, ilusionado con el fichaje de Dani Olmo: "Es un jugador que puede marcar las diferencias".
Líneas muy separadas
El Mónaco, un equipo de segunda fila en Europa, desnudó los despistes defensivos del Barça. Su presión es muy mejorable. No está bien sincronizada y las líneas están muy separadas. Los futbolistas conceden muchos espacios al rival.
Flick necesita tiempo. También muchos futbolistas. El Barça echa de menos a sus mejores futbolistas. A los internacionales. Tiene poco recorrido el actual equipo. El calendario, muy apretado, es una vergüenza, pero, como diría Ronald Koeman, "es lo que hay". De momento, Flick todavía no tiene la fórmula mágica para sanar a un enfermo que ha sufrido la primer recaída del curso. Y Laporta, mientras, hace sus cuentas para fichar más futbolistas. Los necesita el Barça. Tras el Gamper, el presidente optó por el silencio y no hizo declaraciones.
Señalados
El primer gol se produjo por una falta de comunicación entre el joven Marc Bernal, mediocentro posicional de Flick en su inicio como técnico del Barça, y el veterano Iñigo Martínez. El canterano no escaneó el terreno antes de recibir. Y el central no le avisó de que detrás tenía a Lamine Camara. El delantero del Mónaco se encontró solo delante del portero tras robar el esférico.
Sin fortuna en ataque
El Barça no tuvo chispa. Ni pegada. Tampoco una buena conexión entre líneas. Le costó mucho encontrar espacios en la defensa del Mónaco. Todo, absolutamente todo, podía haber cambiado si el joven Pau Víctor hubiera embocado bien un preciso centro de Raphinha en el primer minuto. Tampoco estuvo acertado el futbolista de Sant Cugat en una segunda acción ante el portero rival. Lewandowski luchó mucho pero entró poco en juego. Mal asunto.
Equipo desequilibrado
El Barça sigue sin tener un mediocentro digno. Desde que se fue Sergio Busquets, el problema se agrava partido tras partido. Es un drama. Oriol Romeu solo ha durado un año y Flick se contenta ahora con Marc Casadó y, sobre todo, Marc Bernal, un futbolista muy físico de solo 17 años. De momento, Laporta ha preferido invertir 55 millones de un mediapunta como Dani Olmo, una posición superpoblada con Pedri, Gundogan, Fermín y compañía.
A Flick también le falta un lateral derecho ofensivo. Cancelo sería el mal menor, porque es un futbolista fiable en ataque, pero muy blando en defensa. El técnico quiere a Jeremie Frimpong, pero el Barça no puede ficharlo porque cuesta 40 millones de euros.