Hansi Flick ha heredado un Barça en crisis. Tocado. Casi deprimido. El técnico alemán, un hombre de pocas palabras, está convencido de que tiene la receta para mejorar el rendimiento del equipo. Asume que Deco, el director de fútbol, no podrá traerle todos los fichajes que querría, pero está encantado con los jóvenes de la cantera. Y la falta de efectivos en algunas demarcaciones contrasta con el exceso de mediapuntas.
El Barça de Xavi apostaba por el clásico 4-3-3, con un mediocentro y dos interiores en el centro del campo. Flick, en cambio, utiliza el 4-2-3-1, con dos mediocentros y un mediapunta. Es decir, un futbolista que actúa por detrás del delantero centro.
Gundogan y Olmo
Flick, de momento, puede contar con Gundogan y Dani Olmo (también puede jugar por la izquierda) como mediapuntas o enlace entre el centro del campo y el ataque. También tiene a Pedri y Fermín. Incluso Raphinha y Ferran Torres pueden jugar en esa demarcación.
Fichajes pendientes
Flick también se ha marcado el reto de conseguir que Pedri se olvide de los problemas físicos. De las lesiones. El canario es un futbolista con mucho talento al que quiere acercar a Gundogan. Fermín, en cambio, es más explosivo. Menos elegante, pero más directo y vertical.
El Barça tiene muchos mediapuntas. Futbolistas de primer nivel. A Flick, en cambio, le faltan un lateral derecho y un mediocentro. Y, también, Nico Williams, el fichaje más deseado por todos en Barcelona.