Hansi Flick adora el fútbol ofensivo, pero no tiene ADN barcelonista. Por mucho que alabara a Johan Cruyff y Pep Guardiola en su presentación oficial, el técnico alemán se mantendrá fiel a sus principios, los mismos con los que ganó la Bundesliga, la Copa, la Champions, la Supercopa de Alemania, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes con el Bayern en 2020. Su Barça será distinto al de Xavi Hernández.
Con Flick, el dibujo cambia. Con Xavi, el Barça jugaba, en teoría, con un 4-3-3, aunque algo asimétrico, con un extremo muy abierto y otro que actuaba más por dentro para facilitar las incursiones de Alejandro Balde por la banda izquierda. Ahora, el equipo azulgrana apuesta por un 4-2-3-1.
Más vertical y directo
El Barça de Flick será más intenso y vertical que el de Xavi. Será, como pudo verse en el estreno contra el Manchester City, un equipo más directo y vertical, con más vértigo y menos pausa. El objetivo es tocar menos la pelota y llegar antes a la portería rival.
Xavi y Flick sí coinciden en la conveniencia de ejercer una presión alta. El problema, con el técnico de Terrassa, fue que algunos movimientos no estaban bien sincronizados y había muchos desajustes. El alemán asegura que ya ha detectado los errores.
Los entrenamientos
Flick también sabe que tiene mucho margen de mejora en la preparación física. Algunos jugadores se quejaban de los entrenamientos del equipo. Decían que eran poco intensos y que lo acusaban en los partidos.
Pau Víctor y los jugadores del Barça celebran su victoria ante el Manchester City
"Si un equipo se entrena al 60 o al 80%, luego no puede rendir al 100% durante los partidos", sostuvo Flick el día de su presentación oficlal como entrenador del Barça. En los entrenamientos, el nuevo técnico ya aprieta a sus futbolistas. El ritmo es más alto con el objetivo de que el rendimiento mejore tras un año decepcionante.
La llegada de Flick, de momento, es bendecida por los futbolistas. Sobre todo por Ter Stegen, Lewandowski y Gundogan, quienes discreparon de algunas decisiones de Xavi. Ahora empieza una nueva era y el Barça, como mínimo, quiere competir por todas las competiciones.