El Barça vive una realidad dual. Se ilusiona con fichar a futbolistas de primer nivel, pero antes debe vender. Quiere mejorar su plantilla, pero antes debe sacrificar a alguna estrella. Es un club con urgencias, deportivas y económicas, pero no es el único caso. En Inglaterra, el Everton también tiene problemas de tesorería y necesita hacer caja antes del 30 de junio.
El Everton fue sancionado la pasada temporada con ocho puntos en la Premier League. Al final acabó 15º, pero lo pasó mal durante muchos meses. Y en el club azul de Liverpool no quieren que se repita la misma historia.
Precaria economía
El caso del Everton, salvando las distancias, tiene algunos puntos en común con el Barça. Su precaria economía dificulta muchos movimientos de mercado. El club, además, está construyendo un nuevo estadio con capacidad para 53.000 espectadores que le permitirá ingresar mucho más dinero en el futuro.
El Everton, mientras, vive al día y ha puesto en venta a todos sus futbolistas. El más mediático y deseado por los grandes clubes europeos es Amadou Onana, un mediocentro muy físico de 22 años. Es un jugador que gusta mucho a Deco por su despliegue y su intensidad.
La petición del Everton
Deco ya ha sondeado su fichaje. Inicialmente, el Everton pidió 60 millones de euros, una cantidad que el Barça considera excesiva. Flick también tiene buenas referencias de Onana, quien esta temporada ha disputado 37 partidos en los que ha marcado tres goles y ha dado una asistencia.
El Barça sabe que el precio de Onana podría rondar los 40 millones antes del 30 de junio. El problema es que el club que preside Joan Laporta debería vender antes a un crack. Si ocurre, podría abordar su fichaje, aunque a Flick le gusta mucho más Joshua Kimmich, del Bayern de Múnich. El equipo en el que escribió sus grandes gestas.