El Barça necesita un tratamiento de choque. Y, sobre todo, dinero. El equipo de Xavi Hernández va de mal en peor, sumando derrotas crueles, y tirando millones por la borda que le irían muy bien para renovarse. Tras un año horrible, la prioridad de Laporta no es fichar a una estrella, sino vender a un futbolista importante para cuadrar sus cuentas. La realidad del Barcelona es frustrante, como su fútbol.
Laporta busca, desesperadamente, dinero para liquidar el curso actual con números verdes. Ahora acelera para prorrogar el contrato de Nike, dispuesto a pagar una prima de renovación que rondaría los 100 millones de euros, y busca la mejor solución para no debilitar al equipo con una venta millonaria.
La frustración del Mundial de Clubes
Los malos resultados deportivos penalizan la economía del club, que acumula una deuda de 1.200 millones de euros y tiene el límite salarial excedido. El ridículo en la Liga hace tiempo que había sido asumido por Laporta y sus ejecutivos. Mucho más decepcionante fue la eliminación de la Champions, sobre todo tras ganar por 2-3 en el Parque de los Príncipes al PSG. En Montjuïc, los mejores deseos se fueron a pique tras la absurda expulsión de Araujo.
La eliminación del Barça fue muy celebrada por el Atlético de Madrid, que se clasificó para el próximo Mundial de Clubes. El otro representante español será el Real Madrid. El premio económico por participar en este nuevo torneo, que se celebrará en verano de 2025, es de 50 millones de euros.
Las semifinales de la Champions
El Barça cumplió el objetivo de mínimos en la Champions. De haber pasado a semifinales, hubiera recibido un bonus extra de 12,5 millones de euros de la UEFA. El club, además, hubiera podido ingresar entre ocho y nueve millones más por la venta de entradas.
En la fase de grupos, Laporta también lamentó las decepcionantes derrotas contra el Shakhtar Donetsk y el Amberes. En caso de victoria, el FC Barcelona hubiera ingresado 5,8 millones de euros más.
Decisiones impopulares
El Barça, en menos de un mes, ha dilapidado más de 70 millones de euros. Y en los cuatro últimos partidos de la Liga se juega su participación en la próxima edición de la Supercopa de España. El premio oscila entre los seis y los ocho millones de euros.
Decepcionado por los malos resultados del equipo de Xavi y preocupado por los problemas para encontrar nuevos ingresos, Laporta asume que deberá asumir decisiones impopulares en verano. Deberá prescindir de uno o dos futbolistas importantes. Ronald Araujo, por quien el Bayern está dispuesto a pagar 80 millones de euros, tiene muchos números para ser traspasado. Menos dolorosas para el máximo dirigente serían las ventas de Frenkie de Jong o Raphinha. Incluso Lewandowski, con una ficha de 32 millones de euros anuales, podría ser una opción para rebajar una masa salarial disparada.
Los fichajes del verano
Deco, el director de fútbol del Barça, ya conoce las prioridades de Xavi para reforzar al equipo. El problema radica en saber si se podrán activar o no las primeras opciones. Martín Zubimendi y Joshua Kimmich son las prioridades del técnico para reforzar el centro del campo, pero Deco ya tiene atado a Guido Rodríguez, mediocentro del Betis que llegaría con la carta de libertad.
Xavi también quiere un extremo por la banda izquierda. Laporta es partidiario de traspasar o ceder de nuevo a Ansu Fati y prolongar la cesión de Joao Félix. Si finalmente vende a Raphinha, el Barça contratará a un nuevo jugador. Nico Williams, del Athletic, gusta mucho al técnico, pero es caro. Como mínimo costaría 50 millones de euros.
El tercer objetivo es un interior ofensivo. El más deseado es Bernardo Silva, que costaría 58 millones de euros. Mucha más económica podría resultar la cesión de Xavi Simons, que regresaría a Barcelona tras ser cedido esta temporada por el PSG al Leipzig.