El Barça-Valencia retrató perfectamente las virtudes y los defectos del equipo de Xavi Hernández durante toda la temporada. Robert Lewandowski solucionó un partido que se le complicó al grupo azulgrana por sus errores defensivos. El lunes, curiosamente, fallaron Ter Stegen y Araujo, posiblemente los dos futbolistas más fiables para el técnico de Terrassa.
Ter Stegen cumplió su partido 408 con el Barça. Ya solo le supera Leo Messi como extranjero del equipo azulgrana. Pero cometió un error de bulto. Un exceso de confianza hizo que perdiera el balón ante Hugo Duro en un despeje con el pie. Quedó retratado. Por un día, el portero alemán suspendió. No llego al mínimo.
Bajo rendimiento
Araujo, Iñigo, Cancelo, Ferran y Joao Félix tampoco rindieron a buen nivel. Como mucho, aprobaron. Y gracias. No pasaron del cinco. El defensa uruguayo, incomprensiblemente, cometió otro penalti absurdo ante Peter Federico.
Iñigo Martínez salió tras el descanso. El Barça ya no encajó ningún gol, pero el defensa vasco sufrió mucho. Cancelo, por su parte, estuvo menos atrevido que de costumbre. Seguramente jugó condicionado por sus errores contra el PSG y el Real Madrid. Estuvo mucho más comedido y no aportó gran cosa.
Ferran Torres también fue suplente. Salió en la segunda parte y aportó intensidad. El problema es que le falta seguridad. Confianza. Salió revolucionado y obsesionado con marcar. Eso sí, forzó la falta del último gol. Demasiado intermitente, por su parte, estuvo Joao Félix.
Lewandowski, el mejor
Gundogan y Christensen cumplieron sin grandes alardes. La nota de ambos fue un 6. Notable fue la actuación de Lamine Yamal, Raphinha, Fermín López y Koundé, mientras que Lewandowski mereció el sobresaliente. Sus tres goles tumbaron a un Valencia que fue de más a menos.
Xavi confía en terminar bien la temporada. o, mejor dicho, de la mejor manera posible, amarrando la segunda posición en la Liga para poder disputar la próxima Supercopa de España. En verano, habrá novedades. Como en el primero, primero se tendrán que cerrar algunas salidas. Luego, habrá llegadas en un Barça con una deuda superior a los 1.200 millones de euros y su masa salarial excedida.