Es bien sabido en la cúpula del FC Barcelona que, si no entran los 100 millones que deben pagar las empresas que adquirieron una parte de Barça Studios, Joan Laporta, presidente de la institución, debe realizar una venta. El club necesita cuadrar las cuentas antes del 30 de junio, y lo más fácil es desprenderse de futbolistas.
Una de las parcelas de la plantilla azulgrana que tiene muchas papeletas para quedar diezmada es la defensa. Los nombres de Ronald Araujo, Andreas Christensen y Jules Koundé tienen buen valor de mercado. Al Barça le interesaría, sobre todo, vender al primero o al segundo, puesto que no requieren de ninguna amortización. Todo sería beneficio. En cambio, por el central francés se pagaron 50 millones en fijo más 12,5 en variables.
"No tengo ninguna duda de que seguiré"
La baja menos dolorosa sería la de Andreas Christensen. El defensa danés, reconvertido a mediocentro posicional en los últimos meses por Xavi Hernández, llegó de manera gratuita, tras acabar contrato con el Chelsea. Es el jugador con menos proyección de los tres, aunque es un futbolista de garantías. Christensen es, precisamente, el que ha confirmado de manera rotunda su deseo de quedarse.
En la previa del clásico de este domingo (21 de abril, 21:00 horas), varios jugadores han atendido a las televisiones que emitirán el gran choque entre Real Madrid y Barça. Uno de ellos, ha sido Andreas. "No tengo ninguna duda de que estaré aquí la próxima temporada. Todavía me quedan dos años de contrato y estoy contento", ha afirmado Christensen.
Contento tras cambiar de posición
El centrocampista danés ha comentado que no le ha supuesto ninguna dificultad reconvertirse como futbolista. "La adaptación fue rápida, disfruto jugando. Obviamente, todavía hay muchos aspectos que necesito aprender y mejorar. No fue nada difícil porque soy un defensor y mi objetivo es aportar un poco de equilibrio y evitar los contraataques contrarios, pero obviamente me considero un defensor", matizó.
El problema para Laporta es que no tiene el control de la situación. Como otros compañeros, como Frenkie de Jong, Raphinha o Ronald Araujo, Christensen tiene contrato hasta 2026, por lo que tiene la sartén por el mango. Se debe presionar para conseguir la salida de alguno de ellos, en caso de que en el Barça lo consideren necesario.