Xavi Hernández está tocado y hundido. Sentenciado. La derrota contra el PSG en Montjuïc todavía duele. La expulsión de Ronald Araujo fue la clave de una eliminatoria en la que el campeón francés tuvo una desventaja de dos goles, pero acabó remontando por los errores defensivos del Barça. Y de un Xavi que no supo reaccionar. No quiso que sus futbolistas se encerraran para proteger a Ter Stegen y se equivocó.
Expulsado Araujo, Xavi prescindió de Lamine Yamal para dar entrada a Iñigo Martínez. El cambio no fue acertado, pero el técnico quiso mover ficha deprisa para dotar a su equipo del equilibrio necesario para resistir. El problema es que mentalmente fue un golpe muy duro. Más todavía tras el empate de Dembelé.
La expulsión de Vicente Vallés
El Barça, en la segunda parte, fue un juguete en manos del PSG. Luis Enrique leyó perfectamente la agonía del equipo azulgrana, que concedía muchos espacios. Al final, el Barcelona encajó cuatro goles. No supo defender una renta de dos goles.
Xavi no estuvo acertado. Pudo haber seguido el modelo de García Pimienta, entrenador de la UD Las Palmas en Montjuïc. A los 24 minutos fue expulsado Vicente Vallés con una tarjeta roja directa. El equipo canario, muy inferior al Barça, resistió hasta el minuto 59. Las Palmas juntó las líneas y se ilusionó con un empate hasta el gol de Raphinha.
García Pimienta enseña el camino
Las Palmas no encajó más goles. García Pimienta cerró muy bien los espacios. Obviamente, a su equipo le faltó descaro y mentalidad ofensiva. El Barça no lo tuvo fácil para superar la retaguardia canaria y suerte tuvo de Raphinha.
Contra el PSG, en cambio, Xavi no supo desactivar al PSG. Pudo haber juntado más a sus futbolistas, que fallaron en los cuatro goles del campeón francés. Especialmente errático se mostró Cancelo, demasiado blando. Hizo bueno a Dembelé, el mejor del PSG. Mucho mejor que Mbappé, para desgracia de un Barça que no ganará nada en el curso actual.