La poca contundencia ofensiva es uno de los grandes problemas del FC Barcelona. Son muchos los encuentros en los que el Barça, por calidad individual, es capaz de generar oportunidad de gol; sin embargo, no terminan de aprovechar esas oportunidades. Esto ha vuelto suceder en la primera mitad contra el RCD Mallorca, después de que Ilkay Gundogan no fuera capaz de marcar diferencias para los suyos.
La primera parte del equipo de Xavi Hernández fue decepcionante por la lentitud de los jugadores al momento de circular el balón, aunque igualmente lograron toparse con una ocasión que habría representado el gol inicial. El desmarque de Raphinha le permitió plantarse en el área rival, donde pudo provocar un penalti a partir de falta que recibió de Copete por un golpe en la zona del tobillo derecho.
Era la oportunidad ideal para que Gundogan pudiera abrir el marcador. Pero su disparo no fue nada preciso. La ejecución del centrocampista alemán no tomó la altura necesaria ni tampoco fue lo suficientemente esquinado para evitar la ataja de Rajkovic. Una jugada que pudo haber condicionado el encuentro del Barça, pero la aparición salvadora de Lamine Yamal impidió un pinchazo en Montjuïc.
Victoria de mínimos en casa
De no ser por el golazo de Lamine Yamal, el Barça se habría estancado con un resultado amargo contra el conjunto balear. Gundogan fue la representación de la necesidad que tiene el elenco azulgrana de mejorar en términos ofensivos. No solo por el penalti errado, sino también por otra ocasión clara que desperdició en la segunda parte. Mucho trabajo tiene por delante Xavi Hernández de cara al próximo encuentro contra el Nápoles.