El FC Barcelona ha desperdiciado una oportunidad dorada en la Liga. El fin de semana había sido ideal tras el empate del Real Madrid (2-2) en Mestalla y la derrota del Girona (1-0) contra el Mallorca; sin embargo, la visita a San Mamés tuvo un resultado muy diferente. Los de Xavi Hernández no fueron capaces de pasar de la igualdad contra el Athletic Club (0-0) y además sufrieron un par de bajas dolorosas que pueden ser decisivas en este tramo del curso.
Se esperaba que el Barça pudiera dar continuidad a la goleada de la anterior jornada contra el Getafe. Pero nuevamente los culés volvieron a mostrar su versión más infumable en lo colectivo. Lejos de intimidar a la defensa rival por su poco criterio con balón y dudando mucho ante la presión del Athletic, tal y como sucedió hace algunas semanas cuando el elenco de Ernesto Valverde eliminó al FC Barcelona en la Copa del Rey.
Primera mitad de terror
Se esperaba que San Mamés fuera un territorio hostil para el FC Barcelona por la presión de la afición en las gradas y la intensidad de los futbolistas rivales. Sin embargo, el verdadero terror apareció en forma de dos lesiones que pueden condicionar el resto de la temporada. Primero con la torcedura de tobillo de Frenkie de Jong, teniendo que marcharse del campo en una camilla; y después con la nueva molestia muscular de Pedri, que se fue llorando y secando sus lágrimas con la camiseta.
Esas bajas mermaron mucho más al Barça, que sufrió bastante con la presión alta del equipo de Ernesto Valverde. La única noticia positiva fue que el Athletic no estuvo del todo fino en el último pase, por lo que la defensa azulgrana pudo mantenerse firme ante la mayoría de esas acciones de peligro. Sin dejar de lado que la mejor oportunidad de gol fue de Joao Cancelo a partir de un golpeo de larga distancia que fue despejado sobre la línea.
Solo los destellos puntuales de los futbolistas fueron los que permitieron al Barça incomodar el arco defendido por Unai Simón. Nuevamente se vio a una versión del equipo poco organizado con balón y con muchas dificultades para superar la presión de su rival. Las lesiones condicionaron la primera mitad, sí, pero el otro porcentaje corresponde a los problemas colectivos.
El Barça no levanta vuelo
La segunda mitad tuvo un guion similar. El Athletic Club no bajo el ritmo de su presión en campo del Barça, lo que le dio varias ocasiones para abrir el marcador, pero no lo consiguieron aprovechar en esos tramos por la falta de precisión de los atacantes. Los de Xavi Hernández no tuvieron la capacidad con balón de llegar hasta los metros finales. Sin poso ni tranquilidad para anular la intensidad de los leones.
El entrenador egarense agitó el árbol con la entrada de Iñigo Martínez, Oriol Romeu y Joao Félix, dejando a un equipo con mucho potencial ofensivo para el tramo final del partido. En esos minutos se vio una ligera mejora con balón del Barça, pero no fue lo suficiente como para incomodar a la defensa contraria. Lo peor del conjunto catalán fueron el tiempo de añadido, donde se vio a los jugadores sin la energía necesaria para buscar el partido.
Solo la fortuna --y buena defensa del área-- impidió que el Athletic Club pudiera llevarse la victoria en el último suspiro. El FC Barcelona dio por bueno el empate, cuando la situación invitaba a ser más ambiciosos y buscar el triunfo en San Mamés, lo que habría representado un impulso anímico para soñar con la Liga. Pero el equipo y Xavi Hernández han vuelto a fallar.