Joan Laporta necesita un golpe de efecto. El anuncio de Xavi Hernández de que abandonará el Barça el 30 de junio de 2024 permite al presidente ganar tiempo, pero sabe que se quedará sin el paraguas que le protegía de la tormenta actual. La delicada situación económica del club condiciona la elección de un nuevo entrenador que podría liquidar la herencia del cruyffismo, que tanto idolatró el máximo dirigente azulgrana no hace tanto. El pasado verano, Jordi Cruyff ya abandonó voluntariamente el Barça por discrepancias con la gestión del actual dirigente.
El perfil que busca Laporta debe cumplir ciertos requisitos: un entrenador motivador y autoritario con el vestuario, que apuesta por el juego ofensivo y que no suponga una inversión descabellada. Xavi asegura que se siente liberado y espera que también sus jugadores. Ahora, el objetivo de mínimos del Barça pasa por competir en la Champions y clasificarse entre los cuatro primeros en la Liga en una temporada que ya se da por perdida.
La deuda del club
Laporta, asesorado, entre otros, por Deco, Enric Masip y Alejandro Echevarría, necesita soluciones. La afición está desencantada con el equipo, más preocupada por los malos resultados de esta temporada que por una deuda que supera los 1.200 millones de euros. La precaria economía del club, sin embargo, frena muchas operaciones y condiciona el día a día en el Barça.
El Barça ya no tiene la capacidad de renovación que, por ejemplo, tenía en 2008, tras superar el mismo Laporta una moción de censura por los pelos. Entonces gestionó una crisis de autocomplacencia y encontró en Pep Guardiola al capataz ideal para iniciar una nueva obra.
Los técnicos alemanes
Guadiola, hoy, es el máximo responsable deportivo del Manchester City y siempre ha proclamado que no regresará al Barça como entrenador del primer equipo. Ese sería el gran deseo del presidente azulgrana, que podría activar la vía alemana para relevar a Xavi. En su agenda están Jürgen Klopp, Thomas Tuchel, Julian Nagelsmann y Hansi Flick. El elegido deberá asumir que el club no tiene mucho margen para fichar, deberá apostar por un fútbol atractivo y ofensivo, y deberá contar con los jóvenes de la cantera.
Klopp, curiosamente, anunció el sábado que no seguirá en el Liverpool cuando termine esta temporada y que se tomará un año sabático. Nagelsmann es el actual seleccionador alemán –hasta la Eurocopa, que se celebrará en verano—y Flick está sin equipo. En 2021, Laporta ya sondeó su contratación, pero finalmente mantuvo a Ronald Koeman. Flick, posiblemente, es el técnico que mejor encaja como relevo de Xavi, según algunas fuentes.
Márquez y Motta
El Barça contempla otras opciones. Algunas pierden fuerza. Por ejemplo, Rafa Márquez. En el club no gustó que el mexicano se postulara como posible sustituto de Xavi el mismo sábado. Deco, por su parte, tiene muy buena sintonía con Thiago Motta, actual entrenador del Bolonia. Su fichaje sería de alto riesgo para Laporta.
Míchel Sánchez, entrenador del Girona, e Imanol Alguacil, de la Real Sociedad, también gustan mucho en las oficinas del Barça por su propuesta futbolística. Ambos técnicos propugnan un fútbol ofensivo, con una presión muy alta al rival.
Futuro condicionado
Deco, director de fútbol, conoce perfectamente el mercado sudamericano, pero Laporta prefiere un entrenador de primer nivel o que conozca perfectamente la idiosincrasia del club. Sabe que su futuro como presidente del Barça pasa por acertar en una decisión de alto riesgo. Hace dos años y medio apostó por Xavi tras ignorar unos meses antes al técnico. Ahora se entregará a un entrenador que tendrá la difícil misión de reactivar a un equipo muy tocado anímicamente y con poco margen para fichajes. Sus aspiraciones para prolongar el actual proyecto dependen de su acierto. Una mala elección podría finiquitar su segundo ciclo en el Barça antes de tiempo.