El FC Barcelona busca al nuevo Busquets. A un mediocentro de primer nivel. Condicionado por su delicada situación económica y el límite salarial, Deco, el director deportivo, ha puesto el foco en un futbolista sueco de 17 años, mientras Xavi Hernández prefiere a un futbolista con más experiencia. Al menos, en el mercado de invierno.
El pasado verano, el Barça solo invirtió 3,4 millones de euros en reforzar su plantilla. Fue los que pagó al Girona por Oriol Romeu. El mediocentro de Ulldecona arrancó bien, pero poco a poco se fue apagando, víctima de algunos errores importantes. Tanto en la construcción como en defensa.
Buen trato del balón
Xavi insiste en la necesidad de fichar a un mediocentro. Quiere un jugador de rendimiento inmediato, aunque llegue como cedido y solo por medio año. Deco, mientras, negocia el fichaje de Lucas Bergvall, centrocampista sueco del Djurgarden. Es un futbolista con un buen trato del balón y muy poderoso físicamente. Mide 1,87 metros.
El mismo director deportivo del Djurgarden, Bo Andersson, asume que Bergvall interesa al Barça. "Sí, puedo confirmar que hemos estado en contacto y dialogando con el Barcelona. Pero en mi opinión, aún no hemos iniciado una negociación. Hubo algún contacto con ellos la semana pasada, pero esta semana no hemos hablado con ellos”, comentó Bo Andersson.
La oferta del Barça
El Barça ha contactado con el futbolista y con el Djurgarden, que pide 10 millones de euros por su traspaso. El club azulgrana, de momento, ofrece 6,5 millones de euros, una cifra inferior a los 8,5 millones que está dispuesto a pagar el Eintracht de Frankfurt.
Lucas Erik Holger Bergvall, mediocentro de Suecia, pretendido por el Barça de Laporta
Bergvall también está en el punto de mira de otros clubes europeos. Entre ellos, el Manchester United, el Inter de Milán y el Udinese.
El Barça, de momento, contempla su fichaje en verano y le ofrecería jugar entre el filial y el primer equipo, en función de su rendimiento. Antes Xavi quiere un jugador con más experiencia para reforzar a un equipo con claros problemas en la construcción que, como él mismo dice, está a años luz del Barça de 2010.