El Barça pende un hilo. Resiste en la Liga, pero no transmite buenas sensaciones. Su fútbol es demasiado plano, discontinuo. En Las Palmas ganó en el último suspiro, gracias a un penalti transformado por Gundogan, en un partido que dejó muchos suspensos.
Xavi Hernández, técnico del Barça, prescindió inicialmente de Joao Félix y Christensen, los dos futbolistas que retiró en el descanso del partido contra el Almería. Tampoco jugó Oriol Romeu, en horas muy bajas, y varios jugadores suspendieron. Entre ellos, el mismo Christensen, quien a los 12 minutos sustituyó a Cancelo, lesionado.
Malas fotocopias
El central danés aportó muy poco. Es una mala fotocopia del defensa solvente y resolutivo de la pasada temporada. Y lo mismo pasa con Araujo y, sobre todo, Koundé. Hace un año, costaba horrores marcarle un gol al Barça. En el curso actual, en cambio, encaja demasiados.
El Barça ha cerrado la primera vuelta con 22 goles en contra. Un problema que constata la falta de intensidad del equipo. La lesión de Ter Stegen tampoco es una buena señal. Iñaki Peña, por ejemplo, falló en el gol del equipo de García Pimienta. Estuvo muy blando tras el centro de Sandro. Munir remató con mucha facilidad porque el portero del Barça no supo anticiparse.
El descenso de Lewandowski
También suspendió el mejor alumno de la clase. O quien debería serlo. Lewandowski no está bien y las estadísticas no engañan. La pasada temporada marcó 33 goles. En la actual solo suma nueve. Cierto es que recibe pocos balones, pero tampoco se ofrece ni se aplica en defensa. Significativo fue su cambio en la segunda parte. Salió antes que Ferran Torres, muy generoso en el esfuerzo y autor del gol del empate. El valenciano fue uno de los pocos que sacaron buena nota en Las Palmas.
Xavi también necesita una mejor versión de Balde. Parece haber superado su bache y en Las Palmas estuvo muy participativo, pero poco pulcro. No estuvo preciso en los centros ni en los pases. En Gran Canaria se encontró con una autopista, pero no es el mismo de hace un año.
La precipitación de Raphinha
Participativo pero también errático estuvo Raphinha. El extremo brasileño es generoso en el esfuerzo. Le falta confianza y le sobra precipitación. Sigue sin dar el esperado salto de calidad y su futuro en el Barça es dudoso. Como el de muchos futbolistas de los que se espera más. Mucho más.