Que Xavi Hernández haya aguantado en el puesto hasta finales de este 2023, tras la mala racha de juego y resultados de las últimas semanas, deja clara la confianza de Joan Laporta y parte de su directiva en él. Eso no quiere decir, sin embargo, que el crédito sea infinito. La paciencia de los directivos culés tiene un límite, y si el egarense no consigue relanzar al equipo en los primeros partidos de 2024, se antoja factible la posibilidad de un cambio en el banquillo. Hay que recordar que una Supercopa de España sirvió para condenar a Ernesto Valverde.
Objetivamente el FC Barcelona está en octavos de Champions League --pasó como primero de grupo-- y a siete puntos de los líderes en Liga, Real Madrid y Girona. Una distancia salvable a mitad de temporada. Aún no ha empezado su andadura en Copa del Rey y Supercopa, por lo que existe la esperanza de que el equipo mejore sus prestaciones tras el parón navideño y que, a finales del presente curso, se consigan títulos. En el caso de que no sea así, el Barça necesitaría un nuevo cambio de ciclo. Y desde la cúpula azulgrana tienen claras sus preferencias.
Rafa Márquez es el gran favorito. El presidente del Barça siempre ha tenido una buena relación con el mexicano y, recientemente, alabó su gestión en el filial. Deco también mantiene una buena sintonía con Márquez, máximo responsable de un Barça B muy joven que está bien posicionado para ascender a Segunda División. Además, es un hombre de Jorge Mendes, como Deco, y todo el mundo sabe en el Camp Nou --y en Montjuïc-- que el agente luso es una de las personas de máxima confianza del presidente.
Mikel Arteta y demás nombres en la agenda
La dirección deportiva del Barça, por otra parte, tiene muy buenos informes de otros candidatos. Mikel Arteta, antiguo ayudante de Pep Guardiola en el Manchester City, ha rescatado a un Arsenal en crisis y lleva dos años manteniéndolo como candidato a la Premier. Este curso, además, promete dar guerra en Champions.
Otros nombres son los de Hansi Flick --sin equipo, y que ya sonó para el Barça antes de Xavi-- Imanol Alguacil (Real Sociedad), Míchel (Girona), García Pimienta (Las Palmas), Pep Guardiola (Manchester City) y Luis Enrique (PSG). Estos dos últimos casos, los de Pep y Lucho, son especiales dada su dificultad. No se trata de alternativas inmediatas, aunque sí deseadas por buena parte del barcelonismo.
Guardiola y Luis Enrique, opciones difíciles
Laporta siempre ha anhelado el regreso a casa de Guardiola, y si fuese posible estaría encantado de traerlo de vuelta. Para que ello suceda haría falta convencer al de Santpedor, algo nada fácil teniendo en cuenta los rumores que le sitúan como principal candidato al banquillo de la selección inglesa. Eso, claro está, si es que finaliza su etapa como técnico del Manchester City a corto plazo.
En lo que respecta a Luis Enrique, dependería de cómo le vayan las cosas en un PSG que se está mostrando muy irregular esta temporada, pero que lidera con solvencia la Ligue 1 y se ha clasificado un año más para los octavos de Champions League. Si la aventura en París acaba antes de lo previsto, sería una posibilidad repescar al segundo técnico que fue capaz de lograr un triplete en la historia blaugrana.
La realidad, sin embargo, es que a día de hoy el FC Barcelona no puede asumir salarios tan elevados como los que ambos perciben en sus respectivos equipos. Dos de las grandes potencias europeas que están financiadas por dinero árabe.
Míchel e Imanol, los outsiders de la Liga
Míchel Sánchez, entrenador del Girona, gusta cada vez más a Laporta y Deco. A favor suyo juega su vocación ofensiva, y especialmente la gesta que está consiguiendo esta campaña con el club rojiblanco. Es un técnico valiente, de la escuela de Xavi. En contra juega su corta experiencia, y que nunca ha entrenado hasta la fecha a un equipo de primer nivel mundial.
Igualmente atractiva es la propuesta futbolística de Imanol Alguacil en la Real Sociedad, que ha accedido a octavos de Champions por la puerta grande esta temporada, y que está siendo una de las grandes revelaciones del panorama europeo. El equipo donostiarra destaca por su alta presión y por su buen trato con el balón. Un fútbol que podría encajar muy bien en el Barça. Parece complicado, sin embargo, que Imanol deje tirado al club de sus amores. Aunque uno nunca sabe.