No hubo suerte. Tampoco puntería. El FC Barcelona volvió a pinchar este fin de semana en Liga, esta vez en un campo siempre complicado como es el del Rayo Vallecano. Los blaugrana no fueron capaces de superar a sus rivales con un juego dinámico y vistoso, y de nuevo cayeron en los mismos errores que en los últimos encuentros.
La versión gris del Barça, sin embargo, podría haber sido suficiente para cazar los tres puntos en Vallecas. Y es que los de Xavi, a quienes les birlaron un par de penaltis sobre Raphinha y Lewwandowski que bien se podrían haber pitado, dispusieron además de varias oportunidades de gol relativamente claras en el segundo tiempo.
Tres oportunidades al limbo
Tres remates prácticamente consecutivos de Ferran Torres, Pedri González e Íñigo Martínez se marcharon desviados o a las manos del portero. Corría el minuto 54 cuando Ferran remató solo de cabeza en el interior del área, pero muy centrado para Dimitrievski. Apenas dos minutos después, fue Pedri quien remató alto. Y a falta de una hora para el final, Íñigo se impuso en el área y obtuvo la misma mala suerte.
Tres ocasiones, cero goles. Está claro que el mal juego es algo que el FC Barcelona debe subsanar imperiosamente en las próximas fechas. Pero no sólo eso, sino también la falta de puntería. Todo ello, teniendo en cuenta que la pólvora arriba ha salvado al Barça en más de una ocasión esta campaña, en partidos en los que no mereció ganar.
Una mejora necesaria para Xavi
Sea como sea, es necesario mejorar en todos los aspectos antes de que termine este año 2023. Esta semana el combinado azulgrana inicia un tourmalet con partidos de gran trascendencia ante Oporto en Champions League, y frente a Atlético y Girona en Liga. Rivales competitivos, y que pueden hundir o catapultar al Barça en función del resultado.
Xavi Hernández es consciente de que su puesto está en juego, sobre todo si los resultados en los próximos encuentros no son los esperados. De momento, las críticas ya arrecian hacia su persona en los medios de comunicación... y sobre todo entre la afición. El juego no convence. Y ahora, los resultados tampoco.