El Barça está bloqueado. Sin ideas. Sin confianza. El de Xavi es un equipo triste, al que le falta fútbol e intensidad. Las comparaciones con el Barcelona de la pasada temporada son odiosas. Entonces, el grupo azulgrana era fiable en defensa y le bastaba con un gol para sumar tres puntos. Ahora, en cambio, encaja muchos goles, víctima de sus errores posicionales y muchas pérdidas de balón.
Hace un año, el Barça presiona muy arriba, con Gavi como gran referente. El equipo robaba muchos balones y castigaba al rival. Ahora, con Joao Félix como extremo, incomoda mucho menos a los defensas contrarios.
El Barça también tiene un problema en la construcción. Un problema que ya había avisado Xavi. El técnico, que siempre defendió a Sergio Busquets, anticipó que su salida del club era una mala noticia.
El mediocentro deseado
En verano, Xavi pidió un mediocentro de primer nivel, pero el Barça no pudo fichar a Martín Zubimendi ni Kimmich por motivos económicos. Tuvo que conformarse con Oriol Romeu, que comenzó muy bien pero se diluyó muy pronto.
Romeu no estuvo acertado en Vallecas. También falló un balón muy peligroso Frenkie de Jong en la fronta del área. En el otro campo, Pedri tampoco estuvo inspirado, ni Ferran Torres. Al Barça le faltó descaro y acierto en el uno contra uno.
Posibles cambios
Xavi quiere un Barça más preciso, "más pulcro". El equipo no funciona y podría introducir algunos cambios en los próximos partidos contra el Oporto, el Atlético de Madrid y el Girona. Tácticamente podría regresar a un centro del campo con cuatro futbolistas para juntar las líneas y minimizar los errores.