Se apagan fuegos y nacen otros. Desde que terminó el Barça-Alavés de este domingo en Montjuïc (2-1), las imágenes del desencuentro entre Robert Lewandowski y Lamine Yamal han tenido una repercusión brutal en los medios de comunicación y las redes sociales, algo que ha sorprendido a los dos protagonistas.
Porque, al parecer, ellos tardaron apenas un minuto en zanjar el asunto en el vestuario, justo después del encuentro. Ambos mantienen una buena relación, y se trató de una típica discusión futbolera durante un partido. Cierto es que Lewandowski podría haberse ahorrado el mal gesto, pero le salió de dentro en un contexto de calentura, sin que el Barça hubiese completado todavía la remontada.
Charla distendida tras el partido
Según fuentes cercanas al vestuario, Lewandowski y Lamine hablaron de forma distendida sobre el asunto, sin saber entonces que tendría unas consecuencias tan mediáticas. Explican esas mismas fuentes que la convivencia entre ellos es buena en el día a día, y que siempre se han llevado bien.
Ambos estuvieron de acuerdo, durante la charla distendida de después del partido, en que los dos han de hacer más por encontrarse sobre el terreno de juego --no se pasaron el balón en todo el partido--, así como por mejorar su conexión futbolística para explotar su talento en beneficio del equipo.
Abrazo y choque de manos
En cualquier caso, el asunto quedó zanjado al parecer con un abrazo y un choque de manos en el vestuario. Y en las últimas horas, el propio Lewandowski se ha pronunciado desde la selección polaca para dejar claro que no tiene ningún problema con Lamine, y que "todo está bien" entre ambos.
A partir de ahora, toca pensar en las selecciones y, después, retomar el tourmalet que se le viene encima al Barça hasta el final de la primera vuelta, con partidos importantes que deberán ganarse para mantener al equipo en lo alto de la tabla.