El arbitraje de Busquets Ferrer causó mucha tensión en el Barça-Alavés. El colegiado mallorquín, de tan solo 30 años, debutó en la Primera División con el triunfo del FC Barcelona (2-1) contra el Deportivo Alavés. No fue la mejor carta de presentación en la máxima élite del fútbol español, debido a que ciertas decisiones provocaron el cabreo de los futbolistas, como fue el caso de Robert Lewandowski, que estuvo al filo de irse expulsado.
El delantero polaco perdió los papeles al haber recibido la tarjeta amarilla en la segunda parte por una falta sobre Antonio Blanco. Fue una carga por la espalda del mediocentro del Alavés, aunque sin llegar a ser demasiado fuerte. A pesar de la poca contundencia de la jugada, el árbitro decidió amonestar a Lewandowski, lo que provocó un gigantesco cabreo en el jugador azulgrana. La furia del goleador del Barça fue tan grande que pudo meterse en un problema con Busquets Ferrer, que al final dejó pasar la situación.
La molestia de Lewandowski también se debe a que recibió falta en varias jugadas de mayor intensidad, pero que culminaron sin ningún tipo de amonestación por parte del colegiado mallorquín. No fue un partido con demasiadas polémicas, pero es evidente que Busquets Ferrer necesita tomar nota de las situaciones que se presentaron en el encuentro para repetir errores en el futuro.
Criterio dispar de Busquets Ferrer
En este sentido, otra de las acciones que también criticaron con fuerza en el barcelonismo es el hecho de que el árbitro no expulsara con roja directa a Rubén Duarte por un fuerte pisotón en el tobillo derecho de Pedri. El central del Deportivo Alavés entró a destiempo para robar el balón al centrocampista del Barça, por lo que fue un golpe bastante contundente. Sin embargo, Busquets Ferrer solo decidió sancionar con una amarilla.
Criterio dispar por parte del colegiado de 30 años. No saca roja a Duarte por un claro pisotón, pero sí que amonesta a Lewandowski por una carga que apenas tuvo algo de intensidad o fuerza. Tampoco hay que pasar por alto el trabajo del árbitro del VAR, Ortíz Arias, que no intervino en la falta sobre el centrocampista canario.