Xavi Hernández lo tenía claro tras la derrota del Barça en Hamburgo contra el Shakhtar. Había llegado su hora. La hora de reunirse con los futbolistas y hablar claro. La hora de hacer autocrítica y buscar soluciones. Y el esperado encuentro se produjo el miércoles, con una reunión que duró unos 45 minutos y en el que se escucharon todas las opiniones.
Está preocupado Xavi. El técnico del Barça está convencido de que nada, absolutamente nada está perdido, pero no le gusta el juego del equipo. Detecta muchos errores en conceptos básicos. Y quiere solventarlos lo antes posible porque está mucho más preocupado por la imagen que por los resultados. Las sensaciones no son buenas.
Xavi citó los problemas que ha detectado en el equipo y pidió a los futbolistas que expusieron sus opiniones. Que hablaran sin cortarse.
El protagonismo de los veteranos
Según informa Javier Miguel, periodista del diario AS y colaborador de Culemanía, "varios jugadores izaron la voz y dieron su punto de vista". Explica el periodista, gran conocedor de los entresijos del vestuario, que "estuvieron especialmente activos los capitanes Ter Stegen y Ronald Araujo, pero también participaron veteranos como Robert Lewandowski e Ilkay Gundogan".
Los futbolistas más veteranos y Araujo ejercieron de portavoces del equipo. Todos abordaron su preocupación por los males del equipo en una reunión que tuvo momentos intensos y en la que "se pudo entablar un diálogo constructivo y empático entre todas las partes".
El partido del domingo
Xavi espera que la reunión del miércoles tenga un efecto terapéutico para los futbolistas. El domingo, el Barça se enfrenta al Alavés en el Camp Nou en un partido que debe marcar el punto de inflexión del equipo.
Joan Laporta, presidente del Barça, intenta rebajar la frustración del barcelonismo y ha asegurado que tiene plena confianza en Xavi. Deco, el director de fútbol, no quiso expresar su apoyo al técnico la semana pasada, aunque fuentes próximas a Xavi aseguran que la relación entre ambos es muy buena.