El Barça está muy lejos de ser un gran equipo. De recuperar su magia y poder en Europa. Xavi Hernández sigue sin encontrar la fórmula para rescatar a un grupo herido que no pudo certificar su acceso a los octavos de final de la Champions. Le bastaba con un empate en Hamburgo contra el Shakhtar, pero fue superado por el campeón de Ucrania.
Europa es una pesadilla para el Barça. Año tras año. Ya no disfruta ni intimida el equipo azulgrana en la Champions, competición que ganó cuatro veces entre 2006 y 2015. Desde entonces, el cuadro barcelonista acumula decepciones y partidos horribles, como el de Hamburgo.
El 2-8 del Bayern
El Barça sigue sin superar el síndrome de Lisboa, la derrota humillante contra el Bayern de 2020 (2-8). Un año después fue el PSG quien agrandó la herida con un sangrante 1-4 en el Camp Nou. Y luego, dos eliminaciones consecutivas en la fase de grupos.
Enrabietado de tantos fiascos, el Barça encaró el curso actual con el gran reto de mejorar su imagen en Europa. Quiere volver el cuadro azulgrana a codearse con los grandes clubes continentales y arrancó la máxima competición con una revitalizante goleada ante el Amberes (5-0).
El diagnóstico de Xavi
El Barça también ganó los siguientes partidos, pero su fútbol menguó contra el Oporto (0-1) y el Shakhtar (2-1). Los resultados maquillaban un fútbol preocupante y Hamburgo parecía ser el escenario ideal para cerrar un debate incómodo.
El Shakhtar es un equipo de clase media y gracias. Pero en Alemania fue mucho más reconocible y ambicioso que un Barça encallado, bloqueado, ansioso. "El problema es más mental que físico y futbolístico", deslizó Xavi tras la derrota contra el Shakhtar.
Dos días de fiesta
"Ha sido nuestro peor partido en dos años", recalcó el entrenador del Barça, quien también aseguró que el equip "está haciendo las cosas mal".
Xavi deberá gestionar el primer momento delicado de la temporada. Sabe que será el centro de todas las críticas y que ya se está cuestionando que la pasada semana diera dos días de fiesta a los futbolistas tras perder contra el Real Madrid. Sus detractores le piden manos dura con los jugadores. Más trabajo táctico.
Peticiones a Deco y Laporta
Tocado anímicamente, Xavi necesita ser convincente en el vestuario. Ahora más que nunca necesita que la plantilla esté unida y crea en sus métodos. El técnico también deberá analizar el mal momento del equipo con Deco, el director de fútbol, una persona de fuerte carácter que cuenta con la total confianza del presidente, Joan Laporta, a quien se le multiplican los problemas.
Xavi, más allá de su análisis, espera refuerzos en invierno: un mediocentro, un delantero centro (Vitor Roque) y un extremo izquierdo. Deco ya ha escuchado sus peticiones, pero también conoce la situación económica del club y los problemas con el límite salarial. Las noticias que recibe de Laporta no son buenas y el Barça está metido en un buen lío.