El FC Barcelona progresa adecuadamente. Al menos, en el campo. En los despachos es otra cosa, por la delicada situación económica del club. Con Xavi Hernández de entrenador, el equipo mejora sus constantes vitales y, tras ganar la pasada Liga, ahora ambiciona la Champions. No está entre los favoritos, pero se le espera en los octavos de final, objetivo que tendrá muy cerca si esta noche gana al Shakhtar Donetsk.
La crisis del Barça, más o menos maquillada en España, ha sido evidente en Europa. No gana la Champions desde 2015 y especialmente cruel fue el 2-8 que le endosé el Bayern de Múnich en 2020. Los dos últimos cursos, el equipo azulgrana ni tan siquiera superó la fase de grupos.
El Bayern y el Benfica eliminaron al Barça en 2021 y el Inter y otra vez el Bayern se cargaron al equipo de Xavi en 2022. La Europa League tampoco fue un buen consuelo. El Eintracht de Frankfurt y el Manchester United también desnudaron las carencias barcelonistas.
Equipo con urgencias
El Barça todavía es un equipo con urgencias en Europa. Su victoria en Oporto fue balsámica, aunque no muy celebrada por el mal juego del equipo. Clasificarse lo antes posible para octavos de final es el gran reto de Xavi.
En verano, el Barça solo invirtió 3,4 millones de euros para reforzar su plantilla. Los que pagó al Girona por Oriol Romeu. Club históricamente comprador, fue el que menos gastó en fichajes de los 32 participantes de la Champions.
Amberes y Oporto
El Barça comenzó la fase de grupos con una convincente goleada al Amberes (5-0) y después ganó en Oporto (0-1). Su fútbol tiene mucho margen de mejora, pero Xavi espera recuperar a los lesionados para elevar el nivel de juego.
Salvo hecatombe, el Barça se clasificará para los octavos de final de la Champions. Volverá a estar entre los 16 mejores y, posiblemente, se clasificará primero de grupo y tendrá la vuelta en casa.
Los cuartos de final
Económicamente, Laporta necesita que el Barça se clasifique para cuartos de final. Fue la proyección para el presupuesto de esta temporada. Xavi, por su parte, opta por un discurso prudente, pero no renuncia a nada. No quiere marcar ningún objetivo, pero piensa que el equipo puede llegar lejos. Con su mejor versión, el Barça es un equipo temible que, como mínimo, debería competir contra el Real Madrid, el Bayern y el Manchester City.