Sustituir a Sergio Busquets, el faro del FC Barcelona durante los últimos 15 años, no resulta tarea fácil. Si no, que se lo digan a Oriol Romeu, el fichaje llamado a hacer olvidar la alargada sombra del capitán del Barça. El pivote de Ulldecona ha disputado de inicio las siete primeras jornadas de Liga, y Xavi Hernández tan solo lo sentó en el duelo de Champions League, contra el Amberes belga. Sin embargo, tras un último partido dubitativo ante el Mallorca, el técnico catalán ha vuelto a prescindir de sus servicios contra el Sevilla.
Ni siquiera la inesperada lesión de Raphinha, con una rotura muscular, ha trastocado los planes del míster con el mediocampista de 32 años. El extremo brasileño integraba uno de los dos vértices más adelantados del cuadrado en el centro del campo, junto a Joao Félix. En los compases finales del primer tiempo del encuentro ante el Sevilla, el atacante internacional con la selección brasileña se ha echado la mano a los isquiotibiales tras un cambio de ritmo.
Cambio sorprendente
En vez de adelantar la posición de Gavi o Ilkay Gundogan, el entrenador azulgrana ha optado por dar entrada a una de las promesas. Fermín López ha vuelto a disfrutar de minutos después de salir desde el banquillo y marcar su primer gol en Liga contra el Mallorca.
Por su parte, Romeu ha tenido que esperar su oportunidad hasta la segunda parte y ha entrado al terreno de juego en el minuto 82. El mediocentro catalán ha sustituido a Lamine Yamal con tal de defender la victoria parcial (1-0). Xavi ha rechazado modificar las demarcaciones de los dos mediocentros, una solución rápida y lógica para concederle el puesto de pivote al ex del Girona.