Vuelven los tres puntos, vuelve el liderato. Aunque sea quizá de forma temporal. El FC Barcelona se redimió del empate de hace unos días superando, este viernes, al Sevilla (1-0) en el primer partido de la octava jornada de Liga. El cómico gol de Sergio Ramos en propia brindó el triunfo a los de Xavi, que revolucionó el once titular con un equipo muy ofensivo. Además de volver a la pareja Koundé-Christensen en la zaga, y de mantener a Cancelo un partido más como lateral diestro, el Barça jugó con Raphinha, Lamine Yamal, Joao Félix y Robert Lewandowski. Cuatro delanteros y tan sólo dos centrocampistas, Gavi y Gundogan, aunque Raphinha jugó de interior.
El Barça domina, pero no atina
Declaración de intenciones del Barça, que inició el encuentro con una ocasión clara en el primer minuto. Tras una gran acción de Joao Félix y Balde por la izquierda, Lamine Yamal no acertó al controlar un pase de la muerte que era medio gol. El acercamiento fue, sin embargo, un aviso para navegantes. El Barça dispuso del control de la posesión y de más oportunidades durante los primeros minutos. Joao Félix, justo antes del cuarto de hora, protagonizó un disparo de primeras, con bote y escorado, que el portero Nyland se vio obligado a despejar como pudo.
El Sevilla se dedicó a esperar su oportunidad al contragolpe, aunque tampoco fue capaz de generar peligro claro en la primera media hora. Tan sólo un disparo de Lukebakio, desviado, y otro desde fuera del área que Ter Stegen no tuvo problemas en rechazar, al estar bien posicionado. Poco después, el Sevilla se salvó de milagro de un jugadón de los Joaos. Cancelo rompió a su defensor en banda izquierda, sorteó a otro contrario y dejó un pase de fantasía para que Joao Félix, de primeras, ajustase demasiado su disparo. El balón rebotó en el larguero, volvió a subir y rozó nuevamente el palo antes de salir despedido. Mala pata para el azulgrana, que ya estrelló un disparo al poste en la jornada anterior frente al Mallorca.
Otro lesionado más en el Barça
Tras la media hora de juego, el partido se rompió por momentos. Además de un remate desviado de Koundé y de una internada peligrosa de Lamine Yamal en el área contraria, el Sevilla tuvo dos ocasiones claras en las botas de Ocampos y Lukebakio. En la primera, Gavi tuvo que sacar con el pecho el disparo, bajo palos, ejerciendo de salvador culé. Independientemente de ello, la peor noticia para el Barça fue la lesión de Raphinha, que tras un sprint notó una rotura fibrilar en los isquios, y fue sustituido por Fermín López. Destacable que no fuese Oriol Romeu el elegido, aunque estaba claro que Xavi quería mantener el perfil ofensivo de la alineación.
Fermín y Lamine, de los mejores
Ya en el segundo acto, el Barça continuó espeso durante los primeros minutos. Pese a las combinaciones entre Fermín López, Joao Félix, Lamine Yamal y Lewandowski para acercarse a la portería contraria, los culés no fueron capaces de tejer oportunidades claras de gol. Lewy, en el 55', sí fue capaz de aprovechar un pase perfecto de Fermín para intentar picar el balón ante la salida del portero. Tocó antes un defensor, sin embargo, y el balón se marchó a córner. En esa misma jugada, tras el centro de Gundogan, Gavi remató ligeramente por encima del travesaño. Ocasión clara.
Lamine Yamal siguió haciendo sus diabluras en banda derecha. Amagos, regates vertiginosos, pases de la muerte que no llegaron por muy poco a sus destinatarios... Y algún que otro disparo que se marchó desviado. Buena producción ofensiva del canterano de 16 años, aunque de nuevo sin la suerte del gol. Tampoco Gavi, que protagonizó un disparo potente tras un rechace, en el minuto 70, que por muy poco no perforó las redes de Nyland.
Sergio Ramos regala el triunfo
La ruleta de la fortuna, el destino, quiso que el primer y único gol del Barça llegase por un autogol de Sergio Ramos. Buena acción y buen centro de Ferran Torres, remate in extremis de Lamine Yamal y Sergio Ramos, sin querer, se introdujo el balón en su propia portería. Algo que de inmediato, tras la celebración del gol por parte de la hinchada culé, derivó en gritos de "¡tonto! ¡tonto! ¡tonto!" en las gradas de Montjuïc. Poético. Tres puntos más para el Barça, en definitiva, gracias al excapitán del eterno rival. Veremos si acaban siendo decisivos en el devenir de la Liga.