El FC Barcelona se ha quedado sin Sergio Busquets en la plantilla, pero eso no significa que el conjunto de Xavi Hernández deba sufrir en exceso. Ha fichado para la medular a Oriol Romeu, futbolista completo y criado en La Masia que comparte varias características con el de Badia. Algunas peores, y otras mejores. Este pasado sábado, durante el clásico contra el Real Madrid, el de Ulldecona fue capaz de aportar estabilidad al equipo de Xavi Hernández y demostrar sus principales virtudes.
Partidazo de Oriol Romeu en el clásico
Ya en los primeros minutos de juego protagonizó una acción espectacular, con un potente trallazo que se estrelló en el larguero. Fue la carta de presentación de un Oriol Romeu a quien no se le da nada mal el tiro de larga distancia, algo que seguro que probará con más frecuencia a lo largo de la próxima temporada 2023-24.
Sus combinaciones al primer toque fueron clave para que el FC Barcelona saliera de forma ordenada desde atrás, y para que sortease con facilidad la presión alta del Real Madrid. No en vano Oriol Romeu se comió todo el juego creativo del conjunto entrenado por Carlo Ancelotti, incapaz de tejer combinaciones de provecho durante largos tramos del encuentro en Dallas.
Oriol Romeu se convirtió, sin lugar a dudas, en uno de los grandes protagonistas del clásico al ser la brújula del FC Barcelona, la conexión entre la defensa y la línea ofensiva. Un fichaje que da la razón a Xavi Hernández, porque puede ser una de las grandes sorpresas agradables de la temporada.
Oriol Romeu no necesita adaptarse
Está previsto que juegue muchos partidos la próxima campaña, partiendo además desde el once titular. El exjugador del Girona goza de la confianza de Xavi desde que llegó. Formado en La Masia, entiende a la perfección el estilo de juego del FC Barcelona y es capaz de interpretarlo a la maravilla.
En el clásico dio toda una lección de posicionamiento defensivo, ayudando a sus compañeros cuando más lo necesitaban, y en ataque dio ritmo al juego tocando al primer toque y aportando una salida limpia del balón. Un recambio perfecto para Busquets, que no ha necesitado adaptación alguna al ecosistema de Xavi.