Sensaciones encontradas las de Jules Koundé. El defensor azulgrana está citado para reincorporarse este lunes a los entrenamientos tras un merecido periodo de vacaciones, pero desde hace días trabaja ya por su cuenta para llegar bien a una pretemporada corta, pero exigente en lo físico. Está motivado y con mucha ilusión de cara al próximo curso, aunque eso no quita que siga ligeramente molesto con el Barça.
Continúa sin llegar un lateral
Principalmente, porque ve que de los tres fichajes realizados hasta la fecha, ninguno es lateral derecho. Y ya dejó claro en su día que le encantaría jugar en su posición natural la próxima temporada, la de central, en vez de ser ubicado de nuevo de forma regular en el carril diestro de la defensa. Xavi Hernández no le prometió nada, si bien es cierto que le dejó claro que el club intentaría el fichaje de un carrilero.
Pese a que existe interés en jugadores como Joao Cancelo, Pavard o Juan Foyth, dicho interés no ha fructificado en ofertas en firme y, además, dicha posición sigue sin ser una prioridad absoluta para la parcela deportiva. Cierto es que se plantea la posibilidad de que Sergiño Dest se quede en el equipo tras la pretemporada, aunque todo dependerá del rendimiento del estadounidense durante la gira por EEUU.
Mientras tanto, Koundé sigue trabajando y lo hace con sensaciones agridulces. Se rumoreó a principios de junio un posible traspaso rumbo al extranjero, pero el jugador siempre dejó claro que quería quedarse en el FC Barcelona. No se prevé que haga las maletas, pues ha sido refrendado tanto por el cuerpo técnico de Xavi Hernández como por la misma cúpula de Joan Laporta.
La tensa espera de Koundé
A Koundé, por tanto, sólo le queda esperar a ver si el Barça ficha a un lateral derecho. Y, en el caso de que eso no suceda, aguantarse cuando Xavi le inste a desempeñar sus funciones de nuevo en esa posición.
Hay que recordar que Jules, junto a Araujo, Christensen y Alejandro Balde, formó esta pasada temporada la defensa menos goleada de las grandes Ligas europeas. Puede que no le guste jugar escorado a la banda... Pero está claro que mal no se le da. Y lo primordial, ante todo, es el rendimiento general del equipo.