Son varios los nombres que están sobre la mesa del FC Barcelona para este verano. La parcela deportiva se ha fijado en distintas posibilidades para reforzar al primer equipo en varias posiciones, entre ellas la de extremo.
Yannick Carrasco es uno de los nombres que se encuentran en la agenda culé, si bien es cierto que con el paso de las semanas ha ido perdiendo importancia en el orden de prioridades para la próxima temporada. El FC Barcelona se reservó durante el pasado invierno una opción de compra preferencial por Carrasco.
Pacto con fecha de caducidad
Un pacto, sin embargo, que tiene fecha de caducidad. El derecho de compra por un precio cerrado, de 19 millones de euros, expirará cuando se inicie el mes de julio y, de momento, no hay movimientos en los despachos del Camp Nou.
El silencio azulgrana es visto desde el Civitas Metropolitano con recelo, al ser conscientes los colchoneros de que cada vez hay menos opciones de que el Barça apoquine económicamente por el futbolista belga.
A día de hoy, continúa habiendo voces que interpretan que en el Camp Nou sigue interesando Carrasco, pero que se pretende rebajar su precio y que, por ese motivo, se está apurando el tiempo al máximo para tratar de forzar una negociación a última hora entre ambas entidades.
Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid, en un acto / EFE
No es una prioridad para el Barça
El hecho de que Carrasco no sea una prioridad en los planes culés favorece esta opción, dado que la intención sería sacar el fichaje por 15 millones o incluso una cifra menor. Si el FC Barcelona no acaba haciéndose con los servicios del polivalente futbolista, la patata caliente pasará a las manos de un Atlético que es consciente de la voluntad del jugador, sin intención de renovar su contrato actual.
Carrasco termina vinculación con el Atlético de Madrid en junio de 2024, y si se queda en el Atleti y decide no renovar, desde el Metropolitano intentarán buscarle un traspaso a otro equipo este verano. De esta forma, podrán ingresar algo de dinero por un futbolista que, de lo contrario, se irá con la carta de libertad al año siguiente.