Este domingo, el resultado fue lo de menos en el Camp Nou. Las despedidas de Sergio Busquets y Jordi Alba, la preocupante lesión de Alejandro Balde y el cierre temporal del propio santuario culé --como mínimo hasta noviembre de 2024-- coparon el protagonismo en el Barça-Mallorca, correspondiente a la penúltima jornada de la Liga 2022-23. El ambiente era festivo, pero también nostálgico en un Estadi lleno a rebosar. Después de que todos los asistentes cantaran a pulmón el himno del FC Barcelona, Ansu Fati se encargó de reflejar ese sentimiento en el marcador. Y además, por partida doble. En el segundo acto, tras un vendaval de ocasiones culés, llegó el tercer gol tras un latigazo imparable de Gavi. Fiesta absoluta en el Camp Nou.

Ni siquiera un minuto había pasado, y el Barça ya ganaba 1-0. Una buena maniobra de Busquets sirvió para encontrar a Lewandowski al borde del área. El delantero culé, que no sólo sabe perforar la portería contraria, se disfrazó esta vez de pasador para asistir sin mirar, de manera brillante, a un Gavi que se internó en el área como Pedro por su casa. También de primeras, el de Los Palacios cedió el gol a un Ansu Fati que, desde el área pequeña, tan sólo tuvo que empujar el balón al fondo de las mallas. Gol y buenas sensaciones para un Barça que había salido muy enchufado, al tratarse de una fecha señalada y con la voluntad de redimirse de las dos últimas derrotas.

Gavi, felicitando a Ansu Fati tras asistirle en una jugada de gol / EFE

Lesión grave de Balde y doblete de Ansu Fati

El Mallorca intentó subir la intensidad en los minutos venideros, sabedor Javier Aguirre de que su equipo necesitaba estirarse para tener alguna opción de luchar por el partido. Amath Ndiaye lo entendió mal, porque transformó esa intensidad en imprudencia. Y al intentar presionar la salida de balón del Barça, cometió una durísima entrada clavando los tacos en la tibia de Alejandro Balde. La fuerza de la acción provocó que al futbolista blaugrana se le doblase el pie, lo que ha derivado en una rotura de ligamentos del tobillo --entre seis y siete semanas de baja--. Tuvo que ser sustituido por Sergi Roberto, al no poder continuar sobre el césped y ser sacado del campo a hombros. El VAR, por su parte, hizo su trabajo al revisar la jugada y proponer a Figueroa Vázquez la expulsión de Amath, que se marchó sin protestar al ser consciente de que se había equivocado.

Alejandro Balde, sacado a hombros del Camp Nou por la dura entrada de Amath / EFE

Desgracias aparte, poco tardó en llegar el segundo gol del FC Barcelona. Y de nuevo fue Ansu Fati el autor, a pase de un Lewandowski que agitó su varita de mago ante el conjunto bermellón. Gran pase al borde del área del ariete polaco, y buenísima entrada en diagonal de un Ansu que definió de primeras, con un disparo raso y colocado, sumando el 2-0 y su doblete particular en menos de media hora de juego. Pocas cosas más sucedieron durante la primera mitad, con un Barça que levantó ligeramente el pie del acelerador y un Mallorca que, con diez jugadores, se defendió como pudo de los ataques locales. En uno de ellos, Ansu tuvo el hat-trick en sus botas con un disparo lejano, a la media vuelta, que el portero despejó a córner.

Lewy, Gavi y Dembelé, protagonistas destacados

Al inicio de la segunda mitad, la intensidad bajó notablemente y predominaron las interrupciones. En un lance del juego, Gavi y Baba chocaron y acabaron por los suelos, saliendo peor parado el jugador mallorquín que el azulgrana. Por suerte, todo quedó en un susto. Apenas unos minutos después, Dembelé tuvo en su cabeza un gol cantado que Vajlent despejó bajo palos, ya con el portero vendido. El remate del extremo culé fue demasiado blanco, y el defensor del Mallorca lo repelió in extremis.

El FC Barcelona, celebrando la victoria contra el Mallorca en el Camp Nou / EFE

Dentro del primer cuarto de hora del segundo acto, lo cierto es que el tercer tanto culé no llegó de milagro. Otro remate de cabeza, esta vez de Lewandowski, se marchó ligeramente desviado con el portero del Mallorca haciendo ya la estatua. Y unos minutos más tarde, un remate mordido y desviado de Gavi a punto estuvo de colarse en la meta bermellona, sin que Ansu Fati tampoco llegase a tiempo para alterar la dirección del esférico. El Barça tenía más que controlado el partido, y las ocasiones caían por su propio peso sin necesidad de forzarlas más de la cuenta.

Latigazo de Gavi para despedirse del Camp Nou

En una de ellas, Lewandowski protagonizó un disparo de falta al travesaño. Poco después, fue Gavi el encargado de poner el tercer gol en el marcador. Pase filtrado de Dembelé en el balcón del área y latigazo del sevillano, tras girarse y acomodarse el balón, que entró por el costado izquierdo de la portería visitante. Un auténtico golazo para cerrar la fiesta del Camp Nou, con todos los aficionados enlazando un cántico tras otro en mitad del jolgorio. El mejor adiós posible en una tarde repleta de alegría, pero también de nostalgia contenida.

Y de lágrimas. Porque, en los diez últimos minutos de encuentro, llegó el momento de las despedidas. Jordi Alba se marchó sustituido llorando sin parar, mientras el Camp Nou le despedía en pie y entonando su nombre. A continuación llegó el turno de Busquets, que se mostró más entero y sonriente que el de L'Hospitalet. Ambos fueron felicitados por todo el equipo, y aplaudidos también por los jugadores del Mallorca. La imagen más bonita tuvo lugar en el banquillo, con los dos capitanes abrazándose. "Ya está", debían pensar. Emoción a raudales en el Camp Nou.

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