Xavi deja de ser intocable en el Barça

El Barça, club ciclotímico por definición, está en un momento bajo. Con dudas. Con urgencias. La euforia que se instaló a principios de temporada se ha transformado ahora en un sentimiento de preocupación e impotencia por los malos resultados del equipo y, sobre todo, por un fútbol quemengua partido tras partido. Y la figura que está en el punto de mira es Xavi Hernández, aunque fuentes del club aseguran que no se cuestiona su labor y que todavía tiene mucho margen de confianza.

La realidad no es tan rotunda. Xavi genera dudas. Las generaba ya hace un año y medio, cuando Laporta le comunicó a Koeman que le buscaba un recambio y no lo encontró. Entonces el presidente del Barça comentó que el técnico de Terrassa todavía "no estaba preparado" para dirigir al equipo. Medio año después, con Koeman sentenciado, Laporta se encomendó a Xavi tras descartar otras opciones. Entre ellas, Pirlo.

Objetivo de mínimos

Hace un año, Xavi rescató al Barça de una situación muy complicada. Logró el objetivo de mínimos: la clasificación para la Champions League tras acabar segundo en la Liga. En Europa, el equipo fue eliminado de la Champions en la fase de grupos y se estrelló contra el Eintracht de Frankfurt en la Europa League. En cuartos de final.

Araujo, decepcionado tras la derrota del Barça contra el Eintracht en la Europa League / EFE

Araujo, decepcionado tras la derrota del Barça contra el Eintracht en la Europa League / EFE

Laporta aprobó el primer ejercicio de Xavi, que no fue completo. En verano, el presidente y Mateu Alemany, director de fútbol, validaron la gran renovación que ideó el técnico con los fichajes de Christensen, Kessié, Lewandowski, Raphinha, Koundé y Marcos Alonso. Xavi también pidió a César Azpilicueta, quien finalmente optó por renovar su contrato con el Chelsea, y llegó Bellerín, que ni tan siquiera era la segunda opción del entrenador. El club tampoco pudo fichar a Bernardo Silva tras rechazar Frenkie de Jong su salida de la entidad.

Derrota en Múnich

Xavi calificó su plantilla de "plantillón", asumiendo que tendría mucha más presión que en el curso anterior. Aceptó el reto de elevar el nivel del Barça y el equipo empezó como una moto en la Liga y en la Champions. Pero las cosas empezaron a complicarse con la derrota en Múnich y el parón de selecciones.

En el primer mes de competición, Xavi encontró su equipo titular. Los roles quedaron muy claros en una pretemporada en la que "el Barça aumentó la carga de trabajo de los últimos años", según una fuente del club. 

Lewandowski dedica un gol en el Barça-Elche a su hija FCB

Lewandowski dedica un gol en el Barça-Elche a su hija FCB

Síntomas positivos

Los primeros síntomas fueron muy positivos, con Ter Stegen en su mejor nivel, con Koundé y Araujo mandando en la defensa, con Pedri liderando al equipo y Lewandowski marcando goles con mucha facilidad. De aquel Barça, hoy, queda muy poco por culpa de las lesiones y del apagón del centrocampista canario y la falta de conexión de los extremos y los medios con el delantero polaco.

La derrota contra el Inter en Milán disparó todas las alarmas y los problemas se multiplicaron con el nuevo fiasco ante el equipo italiano y la derrota en el Bernabéu en tres partidos en los que el Barça generó muy poco fútbol.

Gestión del grupo

Los jugadores, tras el empate con el Inter, señalaron al Xavi al cuestionar algunas decisiones tácticas. Y el técnico pidió más intensidad y cabeza a los futbolistas. La buena armonía parece que se diluye y en las altas instancias se duda de la capacidad de Xavi para gestionar un grupo con muchos egos. Gusta su idea futbolística, pero su figura ya no genera tanto consenso. En el club, por otra parte, se ha instalado la idea de que algunos futbolistas han bajado el ritmo, pensando ya en el Mundial.