BLM no es la única: las palancas fantasma de Laporta para revivir al Barça

El 2023 ha llegado cargado de ilusiones renovadas y, a la vez, de retos de altos vuelos para la junta de Joan Laporta. El presidente celebrará en marzo los dos años de su segundo mandato, y lo hará tras haber recurrido meses atrás a las denominadas palancas financieras --vendiendo o cediendo activos propios a largo plazo-- para generar beneficios inmediatos y temporales tras ejercicios negativos.

BLM no es la única solución factible

Las pérdidas ordinarias, sin embargo, siguen pesando y han superado los 100 millones de euros en el último ejercicio. La solución es complicada, y tampoco puede decirse que sea una sola. A la espera de activar otra palanca --la venta del 49% de Barça Licensing & Merchandising (BLM)--, el FC Barcelona de Laporta necesita recurrir a otros movimientos para sanear la economía y seguir ganando tiempo y terreno a la amenaza de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD).

BLM fue acuñada por la directiva de Josep Maria Bartomeu para aglutinar las tiendas y la venta online, entre otros elementos de merchandising del club. Y, en los últimos días, Laporta anunció que el Barça ha recibido una oferta de 320 millones de euros dicha palanca, que se ejecutará en cuestión de meses.

Imagen de la Barça Store de Tarragona, gestionada por BLM / FCB

Imagen de la Barça Store de Tarragona, gestionada por BLM / FCB

La activación de las palancas fantasma

"Los socios pueden estar tranquilos, porque la situación económica está controlada y el modelo de propiedad no se toca ni corre peligro", aseguró el presidente durante una de sus últimas comparecencias públicas. El caso es que, además de recurrir a la venta parcial de BLM para obtener un rendimiento económico a corto plazo, la solución pasa por otras palancas fantasma.

Son las siguientes: mejorar los ingresos por patrocinios --Daka es la última firma que se ha incorporado a la lista de sponsors--, desprenderse de algunos sueldos estratosféricos --Busquets y Jordi Alba podrían marcharse en verano--, traspasar a futbolistas con cartel y que sean prescindibles --Ferran Torres y Ansu Fati pueden ser candidatos serios--, seguir adelante con la organización de partidos amistosos --el Barça ya ha ganado 20 millones así desde que volvió Laporta-- y, por último, garantizar la actividad económica del museo --aunque sea a medio gas-- mientras continúan las obras del Espai Barça.

Imagen virtual del FC Barcelona sobre el Museo / FCB

Imagen virtual del FC Barcelona sobre el Museo / FCB

Con todo esto, el Barça de Laporta pretende seguir rebajando la masa salarial para cumplir con el estricto Fair Play Financiero auspiciado por la Liga. Unas reglas del control económico cuya normativa ha sido modificada por Javier Tebas y el consejo de la patronal en las últimas fechas, agravando el horizonte laportista al restar poder a las futuras palancas como método para fichar e inscribir a jugadores.

Todos pendientes del Espai Barça

A pesar de todo, la medida económica más trascendente del FC Barcelona sigue pendiente de materialización. Y es que Goldman Sachs y JP Morgan son los aliados financieros del Barça para encontrar inversores que costeen el precio del Espai Barça. La cifra tope se fijó en 1.500 millones de euros, y sin que se produzca ese acuerdo no habrá un 2023 posible tal y como lo había planificado Laporta.

Las obras de acondicionamiento del Estadi Lluís Companys en Montjuïc / FCB

Las obras de acondicionamiento del Estadi Lluís Companys en Montjuïc / FCB

Es una realidad que el FC Barcelona se encuentra en plena reestructuración, y en todos los sectores posibles. Además de la incertidumbre económica y la deportiva --no se ganan títulos desde que se fue Leo Messi-, también está el ámbito logístico con el traslado temporal a Montjuïc hasta que termine la remodelación del Camp Nou. A veces, para que algo cambie hay que agitar el avispero. En ello andan, hoy por hoy, Laporta y los suyos.