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La historia interminable. El regreso al Camp Nou es digno de película. De hecho, más que de película, es de documental de terror. Las obras del nuevo templo culé se han convertido en el mayor quebradero de cabeza de Joan Laporta durante el último año y la procrastinación con la vuelta a Les Corts no ha hecho más que dinamitar cualquier plan en el esquema institucional y económico de la junta directiva . El problema se ha esparcido por todas las ramas del árbol azulgrana como la hiedra en un tronco, pero, ¿cuáles han sido los principales motivos del retraso? Existen tres causas principales: Limak, el Ayuntamiento y los PSL. En este orden.

351 días de retraso

351 días han tenido que pasar desde la primera fecha establecida por el FC Barcelona para que el Spotify Camp Nou reciba la tan ansiada Licencia de Primera Ocupación (LPO). La primera fecha prevista para conseguir dicho permiso se fijó el 1 de noviembre de 2024. Joan Laporta se comprometió a tener lista la Fase 1A de las obras, ya que Limak, constructora encargada de la construcción, así se lo transmitió. Sin embargo, el regreso no se pudo materializar en esa fecha y el contador empezó a funcionar y no se paró hasta el pasado 17 de octubre.

La propuesta de remodelación del Camp Nou, por IDOM IDOM

Ese día, el FC Barcelona hizo oficial que había recibido la LPO de la Fase 1A de las obras del feudo culé y que, por lo tanto, sí querían, podía volver al Camp Nou. Asimismo, la junta directiva decidió esperar, pero eso es otra historia. ¿Por qué tuvieron que pasar 351 días desde la primera planificación? El primer culpable es Limak.

El primer gran culpable

El contrato firmado entre el FC Barcelona y la constructora incluía una cláusula de penalización por cada día de retraso en la finalización de las obras del Camp Nou. La sanción ascendía hasta el millón de euros diario y como la fecha de regreso debía ser el 1 de noviembre, a partir de ese momento se empezó a acumular una deuda multimillonaria en las cuentas de Limak.

El logo de Limak brilla en plenas obras del Camp Nou Víctor Malo CULEMANIA

Sin embargo, tan solo un mes después, en diciembre, el Barça salió a dar la cara por la constructora turca y alegó que los motivos por el retraso de la construcción eran "externos" y no por un mal trabajo por su parte. Laporta se mostró satisfecho con lo aportado por Limak y aseguró que imponer tensiones en la relación podía poner en riesgo los intereses a largo plazo del proyecto. Es por eso que el FC Barcelona terminó por perdonar la deuda multimillonaria que según contrato debía pagar la constructora.

Una deuda multimillonaria

Siguieron pasando los días, que se hicieron semanas y a su vez se hicieron meses, pero el Camp Nou seguía sin recibir la primera LPO para viabilizar su puesta en activo. Frente a la situación, el FC Barcelona siguió mostrándose agradecido con el trabajo de Limak y haciendo hincapié en que los verdaderos motivos atañían a factores externos como la meteorología.

Joan Laporta, junto al presidente de Limak Construction / REDES

De este modo, siguieron avanzando las obras hasta que Joan Laporta anunció este junio una nueva fecha de regreso: el Trofeu Joan Gamper del 10 de agosto. El presidente culé, con su carisma y oratoria que tanto le caracterizan, presentó la idea con un vídeo promocional de lo más emotivo, pero el plan de la directiva cayó derribado como un castillo de naipes tras tan solo 23 días. ¿Qué motivos dio el Barça? El incumplimiento de los requisitos demandados por el Ayuntamiento de Barcelona. Es aquí cuando entra el segundo factor importante del retraso de 351 días.

Los trámites administrativos

"Debido a la envergadura de las obras realizadas, no ha sido posible cumplir todas las condiciones exigidas por la normativa que regula esta licencia". Estas fueron las palabras que decidió usar el FC Barcelona en su comunicado que anunciaba la anulación de la disputa del Trofeu Joan Gamper en el Spotify Camp Nou. Es decir, mucho más simple: el Ayuntamiento consideró que las obras del feudo azulgrana no cumplían todos los requisitos de seguridad, evacuación y señalización necesarios para otorgar la LPO de la Fase 1A.

Dicha fase es la más simple. La primera. La más ordinaria. De hecho, tan solo contempla la apertura del estadio con un aforo de 27.000 aficionados y la Tribuna y parte del Gol Sur en funcionamiento. Sin embargo, en julio, el Barça no pudo conseguir dicho permiso y a partir de ese momento, el dilema se convirtió en el cuento de Pedro y el lobo.

Pedro y el lobo

Tanto Joan Laporta como Elena Fort, vicepresidenta institucional del Barça, empezaron a lanzar al aire varias nuevas fechas de regreso al Camp Nou. Primero fue el Barça-Valencia del 14 de septiembre, después el Barça-Real Sociedad del 28 del mismo mes y finalmente, el Barça-Girona del 18 de octubre. Todas las opciones terminaron por desmoronarse y por ahora, el césped del Spotify Camp Nou sigue sin estar estrenado.

Joan Laporta en el Camp Nou FCB

Asimismo, solucionadas ya las limitaciones técnicas de seguridad y con la LPO de la Fase 1A en el bolsillo, el FC Barcelona sigue prorrogando el regreso al templo culé, pero en esta ocasión el culpable no es ni el Ayuntamiento ni Limak: son los PSL.

De necesidad a estorbo

Uno de los grandes problemas al que se enfrentaba Joan Laporta al iniciar el curso era convencer a Crowe Global, nuevo auditor del FC Barcelona, para que validase la compra de 100 millones de euros por 475 asientos VIP del Spotify Camp Nou. La complicación residía en que, en principio, sin el feudo azulgrana abierto al público era imposible determinar que dichos activos eran explotables y, por lo tanto, Crowe no podía computar tal ingreso que era tan importante para las cuentas culés.

Los asientos Vip del nuevo Camp Nou en la denominada 'Players Zone' Víctor Malo CULEMANIA

Es por eso que Joan Laporta movió cielo y tierra para poder regresar al Camp Nou, ya que significaba un tanto doble. Primero, se apuntaba el punto de volver al campo barcelonés y segundo desencallaba la validación de la venta de los PSL.

Salta la sorpresa

Asimismo, tras el cierre de cuentas 2024-25, saltó la sorpresa. El Barça comunicó que ya tiene permiso del auditor, Crowe Global, para contabilizar, al menos, una parte de los 100 millones de euros de los PSL. De este modo, ese ingreso que parecía estar congelado, se derritió, y el argumento principal que el FC Barcelona podía tener para acelerar las gestiones del regreso al Camp Nou, se esfumó.

Joan Laporta y el logo de Crowe Global en un montaje Culemanía

Además, Laporta ya se había asegurado un plan 'B'. A finales de agosto, el Barça llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para prorrogar su estancia en Montjuïc hasta febrero, lo que permitía a los azulgranas arrancar la campaña sin tener que pisar el Johan Cruyff por más de dos partidos.

De la urgencia a la calma

Con el Lluís Companys en el saco y los PSL contabilizados, la vuelta al Camp Nou no urge tanto, y además, podría significar un agujero muy grande para las cuentas culés. Según pudo saber Culemanía, la junta del FC Barcelona no quiere verse obligada a compaginar estadios y eso sucedería obligatoriamente si el Camp Nou abre con tan solo la Fase 1A de las obras acabada.

vista panorámica de las gradas del Lluís Companys ante Olympiacos Artur López

Es por eso que los PSL son la clave por el no regreso del Barça al Camp Nou. Los que en su día fueron uno de los argumentos principales para regresar al templo azulgrana, ahora, son todo lo contrario. De Limak al Ayuntamiento pasando por los asientos VIP, en este orden, son los motivos por los que el FC Barcelona aún no se ha trasladado al Spotify Camp Nou.

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