Limak fracasa con los plazos del Camp Nou: otra promesa incumplida de Laporta

El anhelado regreso del FC Barcelona al nuevo Camp Nou tendrá que esperar. Una vez más, los plazos proyectados por la directiva azulgrana se desmoronan frente a la realidad de las obras, y el Trofeo Joan Gamper --que debía marcar la reapertura parcial del estadio-- deberá disputarse en otro escenario, posiblemente el Estadi Johan Cruyff. Esta nueva demora vuelve a poner el foco en la elección de Limak Construction, cuya capacidad para asumir una obra de semejante magnitud ha estado en entredicho desde el primer día.

La junta directiva de Joan Laporta asegurado que el Barça podría volver a casa el próximo 10 de agosto, aunque fuera con un aforo limitado. Lo hicieron a través de un impactante vídeo publicado en redes sociales en el que aparece el dirigente azulgrana en el césped del feudo barcelonista. Sin embargo, las promesas no han podido sostenerse frente al ritmo real de construcción. Las exigencias de calendario impuestas por la cúpula del club se han demostrado poco realistas, y Limak no ha logrado cumplir con los compromisos fijados, alimentando el malestar en el entorno culé y multiplicando las dudas sobre la planificación del Espai Barça.

Joan Laporta, junto al presidente de Limak Construction / REDES

Problemas con los plazos

Desde el primer momento, Laporta vendió la idea de que el regreso al Camp Nou sería uno de los actos estelares de la celebración del 125 aniversario del club. Aquella promesa marcó el calendario institucional del Barça en el tramo final del año pasado y se convirtió en un eje discursivo para justificar la rapidez con la que se adjudicó el proyecto a Limak. Sin embargo, las previsiones se diluyeron con el paso de los meses y la promesa de la cúpula azulgrana se la llevó el viento. 

Joan Laporta, presidente del Barça, y Nihat Özdemir, presidente de Limak, en los asientos Vip del Camp Nou REDES

Joan Sentelles, responsable del Espai Barça, reconoció el pasado mes de febrero que hubo un retraso de tres meses en las obras. Los problemas con los plazos de la construcción se explicaron a partir de varios imponderables que complicaron el trabajo de los obreros: dificultades burocráticas para conseguir mano de obra, contratiempos para encontrar el hierro de las bases, cambios en el diseño y limitaciones con los horarios laborales. Todo esto ha pesado al momento de solicitar cada una de las licencias al Ayuntamiento de Barcelona.

Promesas incumplidas

Por la boca muere el pez. Es un dicho que encaja a la perfección con el gran optimismo que caracteriza a los altos mandos del FC Barcelona. Desde mediados de 2023, tanto Joan Laporta como Elena Fort --vicepresidenta institucional-- hicieron de la vuelta al Camp Nou un eje comunicativo de la entidad. Jan aseguró públicamente que el estadio estaría listo para el 125 aniversario del club. Algo que Fort confirmó en una entrevista a Mundo Deportivo a finales de 2023: "Si no hay una pandemia o catástrofe mundial… estaremos en el Camp Nou el 29 de noviembre de 2024".

Cuando esa fecha pasó sin ningún signo de apertura, la directiva señaló el calendario hacia finales de 2024, momento en que Laporta declaró en la comida de Navidad que "hasta que no acabe la primera fase de la Champions no volveremos". Desde el club intentaron llegar a las fases de eliminación directa, pero finalmente el primer equipo tuvo que jugar el resto de la competición en Montjuïc.

Esos golpes de realidad hicieron que Fort fuera más prudente al hablar del objetivo del Barça de volver al estadio para el último clásico de la anterior temporada: "A día de hoy ya no pondremos una fecha exacta. Hay unas fechas de entrega de obras y valoraremos, en el momento que toque, si vale la pena hacer los partidos del mes de mayo, que son los que aún están en este espacio". Sin embargo, volvieron a saltar al vacío cuando anunciaron, el pasado 25 de junio, que el Gamper se celebrará el Camp Nou.

Apuesta polémica

El Barça apostó por Limak Construction por una razón clave: su promesa de cumplir plazos. La turca ofreció un plan basado en un sistema de construcción prefabricado --a llamada Construcción Mixta Evolutiva-- que permitía reducir los tiempos con respecto a los demás competidores, como es el caso de Ferrovial, Acciona, FCC o Vinci. Esa capacidad para acelerar la obra, además de adaptarse a las concisiones económicas del proyecto, fue determinante en la decisión de la junta de Laporta.

El problema es que la apuesta de Jan empieza a mostrar cada vez más grietas. La decisión de dar el peso de las obras a Limak no solo respondía a un deseo simbólico de regresar cuanto antes al estadio, sino también a una necesidad financiera: el Barça necesita que el nuevo Camp Nou comience a generar ingresos cuanto antes. Con la deuda del Espai Barça en torno a los 2.820 millones de euros y el club operando con márgenes mínimos por el límite salarial, cada mes de retraso implica alimentar los problemas económicos.

¿Habrá penalización?

Otro detalle que también resuena es que, sobre el papel, la compañía turca debía abonar un millón de euros a la institución barcelonista por cada día de retraso, a partir del 29 de noviembre de 2024. Desde entonces, han transcurrido 230 días, por lo que la junta directiva podría reclamar 230 millones de euros. Esto no quiere decir que ejecutarán dicha garantía. El club de la capital catalana y la firma otomana mantienen una relación excelente, como acreditan las visitas de su presidente, Nihat Özdemir.

El césped provisional del nuevo Camp Nou en obras FCB

Como ya desveló Culemanía, los retrasos en las operaciones no son imputables a Limak. Si bien el club no renuncia a las penalizaciones en un futuro, argumenta que las obras no marchan al día por razones ajenas a la constructora.