La carrera agónica de Laporta por alcanzar la norma 1:1 del Fair Play de la Liga

Es día de jaleo en can Barça. Vuelven las prisas. Ruido de voces y pisotones acelerados. Urgencias y traqueteo. Papeles arriba y abajo. Burofax por aquí, demanda por allá. Auto del juez de lo mercantil desestimando medidas cautelares. Auto del juez de Primera Instancia dando validez a los argumentos de la Liga. Últimas firmas para cerrar una nueva operación económica. Otra palanca. Otra hipoteca de ingresos futuros malvendidos. Mails a la Liga acreditando los cobros. Y la inscripción que no llega. Redoble de tambores. Otro día más en la oficina de Joan Laporta. 

Desde la distancia ven la escena con malos ojos. "Un club como el Barça no se merece esta imagen", aseguran desde Madrid. "Mira que han tenido tiempo, desde agosto que sabían que Olmo no estaba inscrito. Y lo han vuelto a dejar para última hora", se quejan barcelonistas confesos, irritados con la forma de hacer del presidente. 

Algunos lo siguen defendiendo:"¡Laporta siempre sale adelante!". Otros ya no pueden más y se aproximan a la blasfemia: "Esto es indignante... ¡y los socios, callados!". La crispación es total, por enésima vez desde que Laporta regresó a la presidencia del Barça. 

Dos condiciones para aprobar la operación 

La inscripción de Dani Olmo se conocerá este martes 31 de diciembre. El último día que tenía el Barça para ampliar su licencia federativa con arreglo a lo que dispone la normativa de la Federación Española, que no permite reinscribir a un jugador cuya licencia con el mismo club ha caducado. 

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Sin embargo, para que esa inscripción sea realidad, el Barça tiene que cumplir aún dos requisitos a ojos de la Liga: 1) Enviar los dos contratos con sociedades de Oriente Medio correctamente firmados por todas las partes. 2) Acreditar de manera válida que los pagos ya han sido realizados. Es decir, el Barça debe demostrar que ya ha cobrado el dinero o que, al menos, está emitido y sin riesgo de ser anulado. 

El Barça está excedido en 153,7 millones 

La Liga defendió el pasado 23 de diciembre en sede judicial que el Barça está excedido en 153,7 millones de euros --el juez de lo mercantil se equivocó en su auto y habló de 157 millones por error-- con respecto a la masa salarial pemitida por la Liga. En septiembre, la Liga le adjudicó un margen salarial de 426,4 millones de euros. Sin embargo, esta cifra se vio reducida después de cerrar el último ejercicio económico con pérdidas por valor de 129 millones de euros (antes de impuestos). 

En estos momentos, la junta de Laporta trabaja para alcanzar la regla 1:1 del Fair Play. Para ello, debe compensar el exceso salarial no permitido, que asciende a 109 millones de euros. Esa es la cifra que se debe liquidar con la venta de los derechos de explotación de unos 4.500 asientos Vip a 20 años vista. El club los venderá a 25.000 euros por butaca. 

Exceso no permitido de 109M€: el cálculo

La diferencia hasta los 153,7 millones antes mencionados corresponde a un exceso salarial que sí ha sido permitido por la Liga: el salario de Iñigo Martínez, inscrito gracias a la lesión de Araujo, la mitad de la ficha de Dani Olmo, gracias a la lesión de Christensen, el coste del cuerpo técnico de Hansi Flick --consencuencia del despido de Xavi Hernández-- o la renovación de jóvenes perlas de la casa que han disparado su cotización en el mercado, como Lamine Yamal, Marc Bernal, Pau Cubarsí o Fermín López. 

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¿Y de dónde salen los 109 millones? De un simple cálculo que emplea el órgano de validación de la Liga: el Barça ha presupuestado 893 millones de ingresos para el curso 24-25 (incluyendo el contrato con Nike) y ha previsto unos gastos de 873 millones, lo que dejaría beneficios de 20 millones antes de impuestos. A esa cifra hay que restar las pérdidas acumuladas de años anteriores, que ascienden a los 129 millones (los 141 deteriorados de Barça Studios menos los 12 de beneficios ordinarios antes de impuestos). 

44,7 'kilos', el exceso permitido 

De este cálculo resulta el exceso salarial no permitido por la Liga, que asciende a los 109 millones de euros. Los restantes 44,7 millones --la diferencia hasta los 153,7-- es el exceso permitido por la Liga en base al artículo 77 (lesiones de larga duración), el artículo 74 (extinción de los contratos de trabajo del cuerpo técnico) y el artículo 73 (renovación del contrato de un jugador que explota deportiva y económicamente, como ocurrió con Gavi hace un año).

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Veremos si Dani Olmo y Pau Víctor se pueden comer las uvas con su licencia ampliada o se quedan fuera del equipo. Lo que sería un drama antológico. Una catástrofe casi al nivel de la salida de Leo Messi en verano de 2021.