Cierre parcial del estadio, la amenaza de la UEFA que marca el pulso del Barça con la Grada d'Animació
- La guerra entre las cuatro peñas, Nostra Ensenya, Almogàvers, Front 532 y Supporters Barça, y el club, en el fondo, poco tiene que ver con motivos económicos
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El Barça reclama 21.000 euros a la Grada d'Animació. Nostra Ensenya, Front 532, Almogàvers y Supporters Barça se niegan a pagar nada por las multas que recibió el club la pasada temporada de la Liga, la Generalitat y la UEFA. Es su última opción. Reclaman una reunión, pero la entidad azulgrana, de puertas hacia fuera, se opone a celebrarla hasta que no reembolsen la sanción.
Está claro que a Joan Laporta no le gustan los cánticos en su contra, aunque desde el Barça aseguran que el principal motivo por el que no se reabre la Grada es por la normativa de la UEFA. La regulación disciplinaria indica claramente cuáles son las sanciones que puede recibir el club por "insultar la dignidad de otra persona". El castigo más severo es el cierre del estadio.
El artículo 14
Recoge las sanciones el artículo 14: "Cualquier entidad o persona sujeta que insulte la dignidad humana por cualquier motivo, incluidos el color de la piel, la raza, la religión, el origen étnico, el sexo o la orientación sexual, incurre en una suspensión de al menos diez partidos o un periodo de tiempo determinado".
Esto para las aficionados. Para el club, por tener estos hinchas, la UEFA es más extrema. "Si uno o varios seguidores incurren en el comportamiento descrito, el club responsable incurrirá, como mínimo, en una multa y en el cierre parcial del estadio o en la prohibición de vender entradas a sus seguidores visitantes", tal y como describe el reglamento.
Escenario ideal
Si el Barça "incurre en otra medida disciplinaria", la UEFA podría imponer la "disputa de uno o más partidos a puerta cerrada, el cierre del estadio, la pérdida de un partido, la deducción de puntos o la descalificación". Además, "si el árbitro suspende el partido por una conducta racista o discriminatoria, el partido podrá ser declarado como perdido".
En el Barça se temen lo peor y tienen muchos intereses. Deportivos, porque el club no se plantea no clasificarse para octavos directamente, y económicos. Laporta quiere volver sí o sí al Camp Nou. Y la UEFA no te deja cambiar de estadio en mitad de la segunda fase. Si el campo no está listo en febrero y el Barça tiene que jugar el play off de la Champions League, se verá obligado a terminar la competición en Montjuïc.
Mónaco enciende la llama
La Liga sí te deja cambiar de campo. La UEFA, no. Los octavos se jugarían en marzo y el club tendría más tiempo para hacer la puesta a punto del Camp Nou. La pancarta nazi exhibida en Mónaco, a pesar de no poder asegurar que la lucieron miembros de la Grada, generó la excusa perfecta.
La sanción de la UEFA fue de 10.000 euros y la prohibición de vender entradas para Belgrado. Ahora bien, con el reglamento disciplinario en mano, el próximo castigo podría ser un gran correctivo: el cierre, como mínimo parcial, de Montjuïc.
¿Reunión a la vista?
La Grada, además, firmó un acuerdo hace temporadas en el que se indicaban cuáles eran los comportamientos intolerables. Ahora bien, si temes el cierre de una parte del estadio, es porque no quieres que quedarte sin animación. Es lo que ya está sucediendo tras el veto a las peñas. La realidad es que, tarde o temprano, habrá una reunión.
El Barça no quiere cargarse a la Grada d'Animació. Está solo marcando territorio, quiere que "paguen justos por pecadores", tal y como apuntan en el club. Aprovechan esta situación para acallar los "Barça sí, Laporta no" de las cuatro peñas. Poniendo sus asientos a la venda, con solo un partido la entidad recuperaría los 21.000 euros.
Cuestión de orgullo
Así, el Barça también evita otra sanción de la UEFA, que, al ser reincidente, subiría de coste. Mientras tanto, en Front 532, Almogàvers, Supporters Barça y Nostra Enseña empiezan a movilizarse para buscar soluciones. Asumir los 21.000 euros es la última de las opciones.
La Grada d'Animació, haciendo una derrama, acabaría con su propio cierre, por menos de 40 euros por persona. También podría usar sus propios fondos, los de las peñas. Pero, en el fondo, nadie da el paso porque esto es una guerra de orgullo. Está por ver quien hincará rodilla primero.