La UEFA y la FIFA se dirigen hacia un callejón sin salida. Las últimas modificaciones de los torneos de los dos organismos han hecho que el calendario esté cada vez más sobrecargado. Ya es cada vez más común ver que los jugadores de primer nivel deban disputar hasta dos partidos por semana, lo que acerca el escenario de una huelga. Es una realidad de la que hablan con más frecuencia los futbolistas profesionales y también los sindicatos que los representan, como es el caso de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Diego Rivas, secretario general de la AFE, atendió a Culemanía en pleno momento de máxima tensión entre los jugadores y los dos organismos internacionales. El dirigente reconoció que "ni UEFA ni FIFA tienen en cuenta la opinión de los futbolistas" al momento de realizar los cambios en sus respectivas competiciones, lo que ha sido foco de críticas por parte de algunos actores importantes del fútbol europeo como Rodri Hernández y Jules Koundé, quienes se posicionan a favor de la idea de irse a huelga para modificar la carga de partidos del calendario.
La AFE pasa a la carga
"Con el Mundial de Clubes se ha añadido una competición nueva donde no se tiene en consideración lo que opinan los jugadores. Han modificado la Champions League y tampoco se han preguntado a los jugadores. Es un poco nuestra queja y también la de Rodri y otros futbolistas", ha explicado Rivas en relación con los cambios que realizan UEFA y FIFA sin incluir a los actores principales del fútbol internacional.
El mensaje de la AFE es bastante claro: "Se está llegando a un punto en el que hay más días de competición que de descanso y nosotros tenemos que proteger, por encima de cualquier cosa, la salud de los futbolistas". La crítica situación del calendario ha provocado que un jugador puede llegar al escenario de jugar hasta 70 compromisos en un año, lo que es definido por Rivas como un panorama que "no es saludable" y que puede provocar que se vean casos como las lesiones de Pedri y Fermín López.
"Creemos que no es saludable para el futbolista jugar más de 70 partidos al año con sus viajes, con desplazamientos en algunos casos de más de 10.000 kilómetros. No solamente es el partido, porque el jugador también necesita un tiempo de recuperación. Hay que analizar bien lo que sucede antes y después de cada partido", ha añadido el secretario general del sindicato del fútbol español.
¿La huelga es inminente?
Aunque jugadores de primer nivel como Rodri y Koundé ya hablan abiertamente de la posibilidad de hacer una huelga, lo cierto es que la AFE mantiene otras opciones sobre la mesa: "La huelga es la última medida que hay. Antes está el diálogo y la capacidad de negociación. Por ahora no tenemos ninguna fecha, porque depende muchos actores y que hay que ver qué tipo de competición se paraliza. Hay que verlo y analizarlo con tranquilidad, no es algo que suceda de la noche a la mañana".
De acuerdo con la explicación de Rivas, una de las cuestiones que alarga la posibilidad de una huelga en el fútbol europeo es la diferencia que existe en la legislación de cada región: "La huelga es una medida de presión que existe, pero no es fácil. No es algo sencillo porque hay que involucrar a muchos actores de varios países, donde hay muchas legislaciones distintas y hay que medir bien los pasos. Hay que hacerlo dentro de la legalidad cada situación".
El objetivo: modificar el calendario
Dirigentes, entrenadores y jugadores coinciden que el calendario actual es inviable si quieren proteger la integridad de los protagonistas en los terrenos de juego. El peso de la UEFA y la FIFA es bastante considerable para tratar de hacer un cambio definitivo, pero Diego Rivas se muestra optimista con el futuro: "Es una situación que es compleja, pero que a base de esfuerzo y trabajo podemos intentar modificarla".
El secretario general del organismo ha explicado a este medio que actualmente están en contacto con el resto de los sindicatos y con aquellos jugadores profesionales que no están en territorio español, pero que igualmente están afiliados a la AFE. El objetivo es mantener la comunicación en un momento crucial del fútbol internacional, donde el descontento de los futbolistas crece con el pasar de las semanas.