Joan Laporta es una persona muy locuaz. El presidente del Barça se siente cómodo cuando manda sus mensajes a los socios, pero ha cambiado de táctica en los últimos días. El fiasco con el deseado fichaje de Nico Williams y los problemas económicos y deportivos del club preocupan al máximo dirigente.
La despedida a Sergi Roberto tuvo un formato mucho más breve de lo habitual. No faltaron las palabras emotivas del futbolista ni de Laporta. Tampoco el vídeo que glosaba la carrera deportiva del jugador. En esta ocasión, sin embargo, los medios de comunicación no pudieron formular pregunta alguna a Sergi Roberto ni al presidente del Barça. Del mismo modo que ocurrió en los actos de adiós a Sergio Busquets y Jordi Alba, mucho más largos y divertidos, conducidos por cómicos reconocidos como Dani Martínez y José Corbacho.
Dos fichajes
Laporta prefiere el silencio. Está contra las cuerdas, con muchos temas pendientes. El equipo necesita refuerzos y, de momento, solo ha fichado a Dani Olmo y Pau Víctor. En Barcelona todavía esperan un extremo y tampoco le iría mal a Flick tener un mediocentro de primer nivel y un lateral derecho profundo.
Al Barça no le cuadran las cuentas. Laporta, una vez más, está con la soga al cuello, sin poder vender o ceder a Clement Lenglet, un futbolista que esta temporada tiene un salario que oscila entre los 16 y los 19 millones de euros. También busca una salida para Ansu Fati y Vitor Roque, un delantero pagado a precio de oro y de rendimiento escaso.
Flick, poco comunicativo
Laporta no habla y Flick habla menos que Xavi. En su presentación oficial, el técnico alemán se mostró muy prudente en todas sus respuestas a los periodistas. No es una persona que dé grandes titulares y no habló antes ni después del Gamper ante los medios de comunicación. Solo atendió a TV3, que tenía los derechos del torneo.
La política de comunicación del Barça, liderada por un profesional con muchas tablas como Álex Santos, quiere proteger a Flick. Laporta, ahora, tampoco parece tener muchas ganas de someterse a las preguntas de los periodistas. Tiene muchos asuntos pendientes y deberá tomar muchas decisiones antes del 30 de agosto. Luego, tal vez, será el momento de hacer balance de un mercado complicado para el Barcelona.