Anderson Luis de Souza, Deco, fue un futbolista que combinó talento y carácter, pero siempre fue un tipo discreto en sus comparecencias ante los medios de comunicación. Como director de fútbol tampoco es partidario de dar grandes noticias, pero su gestión es menos brillante. Fue la gran apuesta de Joan Laporta, hace un año, y los resultados no son satisfactorios.
Deco no tiene la experiencia de Mateu Alemany. Ni sus conocimientos del fútbol español. Ni está bien conectado con las altas esferas. El pasado invierno cerró el fichaje de Vitor Roque, por 30 millones de euros fijos y 31 en variables, comisiones aparte. Y el resultado no ha sido muy satisfactorio.
La crisis interna
Hombre de confianza de Laporta y de Jorge Mendes, Deco no se anticipa a los grandes clubes para fichar a futbolistas que acaban contrato. Y, sorprendentemente, ni ha dicho nada de la actual crisis interna. De las dudas de Laporta con Xavi Hernández.
Deco, de momento, se mueve sigilosamente. La semana pasada estaba en Oporto. Se sabe que le gusta Sergio Conceiçao, el técnico del equipo blanquiazul. También avala a Thiago Motta, la gran sensación de la Serie A con el Bolonia. Su mirada no es cruyffista pero resultadista como es, suspende en su primer curso como director de fútbol barcelonista.