Los grupos indignados del Barça barajan una moción de censura contra Laporta
El hartazgo de una parte de la afición amenaza con generar prontas movilizaciones aunque la desafección sigue creciendo de manera preocupante
10 mayo, 2024 02:02Noticias relacionadas
El entorno del FC Barcelona atraviesa un momento de transición. Ya no se respira el espíritu crítico de antaño en la mayoría de la masa social culé. Más bien, da la sensación de que los malos resultados y el traslado a Montjuïc --donde las gradas hacen la ola con un empate en el luminoso-- generan una desafección creciente entre una afición que parece adormecida, está pasiva. Sin embargo, existen grupos reducidos de barcelonistas donde reina un profundo descontento con la gestión de Joan Laporta al frente del club y que no tienen previsto quedarse de brazos cruzados. En alguno de estos colectivos ya se especula con la posibilidad de interponer una moción de censura contra el presidente, aunque de momento falta un "valiente" que la lidere.
Jordi Farré, impulsor de la última moción de censura que presionó y forzó la dimisión de Josep María Bartomeu --indignado por la inacción del gobierno catalán con los protocolos de la pandemia, que se negó a suspender la votación y, posteriormente, tuvo que posponer las mismas elecciones--, es uno de los socios del Barça que están muy calientes con la gestión de Laporta. Y, obviamente, no en el sentido más sensual del término, sino que está muy cabreado. Así lo ha manifestado a través de Twitter, de Whatsapp y en reuniones con otros barcelonistas de su confianza.
No parece que se vaya a producir ningún movimiento de manera inminente, pero la idea ya se ha puesto sobre la mesa. La indignación entre algunos culés es muy elevada y dentro de otros grupos se comenta que "no es el momento de hacer una moción de censura por la grave situación económica del club, pero sería muy conveniente que Laporta se sometiese a una cuestión de confianza para valorar si la gente todavía le apoya tanto como en las pasadas elecciones".
Los grupos de opinión
Del mismo modo, fuentes consultadas por Culemanía también aseguran que "dentro de poco saldrá un escándalo a la luz" que puede debilitar todavía más la gestión del presidente y podría incitar esa acción contraria a la junta directiva. Dicha afirmación coincide con la paciencia de algunos socios con respecto a dar un paso al frente sobre la estrategia de una moción. Una olla de presión que puede explotar en cualquier momento.
Los grupos de opinión barcelonistas se están moviendo, y algunos persisten en reclamar a la junta directiva que se pronuncie sobre las 120 propuestas de reforma estatutaria que presentaron en 2022. Sin noticias del club. También van surgiendo otros grupos que no son considerados de opinión, sino que están más cercanos a la palabra oposición. Estamos hablando de colectivos que se preparan para poder presentar una candidatura a la presidencia del Barça.
Entre los grupos de opinión más destacados están Dignitat Blaugrana, Compromissaris FCB, El Senyor Ramon, Un Crit Valent o Seguiment FCB. Estos colectivos han estado al frente en diferentes convocatorias para reunirse con los altos mandos de la entidad culé y exigir una mayor cuota de transparencia, además de pedir los cambios en los estatutos y convertir la Asamblea en un sistema mucho más participativo. Todavía siguen esperando a que la junta de Laporta cumpla con sus respectivas promesas. Una de ellas sería la de blindar el club contra una posible conversión en Sociedad Anónima Deportiva.
Con vistas a la presidencia
Todavía es pronto para hablar de las siguientes elecciones presidenciales, pero con el ambiente tan tenso que se respira en el entorno azulgrana empiezan a asomarse algunos de los potenciales candidatos a los comicios. De esos perfiles se encuentra el de Víctor Font, empresario reconocido que busca convencer al barcelonismo de ser la alternativa ideal en el FC Barcelona tras caer ante Laporta en 2021. En las últimas elecciones representó la segunda vía más votada, con más de 16.000 votos.
Aunque indudablemente el gran nombre del que toda la masa social estará pendiente es Gerard Piqué. El exfutbolista del Barça está llamado a ser uno de los futuros candidatos a la presidencia, aunque falta por conocer si lo hará oficialmente en las próximas elecciones o esperará otro ciclo presidencial para dar el salto hasta el palco del Camp Nou. De igual modo se esperan posibles movimientos de Jaume Roures, más ocioso desde que salió de Mediapro, partidario de aplicar el modelo Bayern en el Barça y muy cercano a los Guardiola --Pep, en el Manchester City, y Pere, como propietario del Girona, al que el propio Roures ayudó en sus inicios--, o, quizá, de Sandro Rosell. Además, podrían tener un papel relevante nombres como Marc Ciria, Joan Camprubí o el propio Jaume Llopis.
Mociones de censura
En las últimas décadas se han dado casos de diferentes movimientos entre socios que dieron a pie a una moción de censura. Laporta fue el primero que logró activar este mecanismo tras varios años de mandato de Josep Lluís Núñez. Fue en 1998 cuando consiguió recoger 14.358 para promover el cese del que fuera presidente del club. Núñez logró salvarse con 24.863 votos. pero aquella votación supuso la primera piedra del final de su larga gestión en el FC Barcelona.
Una década después, Laporta tuvo que vivir en carne propia el movimiento de un grupo de socios liderado por Oriol Giralt. El dirigente azulgrana se salvó por poco en ese verano, aunque el voto en contra de un total de 39.389 socios dejaba claro el descontento que existía en ese tramo de su mandato. El resultado provocó la salida de varios directivos, entre ellos Ferran Soriano, aunque pudo reaccionar a tiempo con la planificación deportiva del primer equipo al fichar a un Pep Guardiola que se convirtió en el guía del famoso sextete.
En 2020, cuando el descontento de los socios y socias estaba por los suelos en la etapa de Josep Maria Bartomeu, se activaron los mecanismos para una moción de censura que apuntaba a cifras considerablemente altas. Sin embargo, el que fuera presidente del Barça decidió dar un paso al costado en octubre de ese año y así evitar dicho escenario.