El curso ya ha terminado para el Barça. No oficialmente, pero ya sabe que acabará con suspenso. El rendimiento del equipo de Xavi Hernández no ha sido satisfactorio y el técnico anunció en enero que abandonaría el club al terminar la temporada. El problema es que Xavi desearía agotar su contrato y el presidente azulgrana, Joan Laporta, no vislumbra un relevo de garantías. En breve comenzará un nuevo pulso que marcará el futuro a corto plazo de la entidad.
Laporta y Deco, su director deportivo, ya no pueden demorar más la planificación de la próxima temporada, condicionada por la delicada situación económica del club. Ambos coinciden que Pep Guardiola o Luis Enrique son las mejores apuestas, pero ambos tienen contrato con el Manchester City y el PSG hasta 2025. Igual que Mikel Arteta, del Arsenal.
Los planes de Xavi
El máximo dirigente quiere conocer los planes de Xavi. El miércoles le pedirá que siga un año más en el Barça, asumiendo la realidad de un club con la masa salarial excedida que prepara una venta sonada. El técnico de Terrassa, por su parte, expondrá que se siente capacitado para continuar su proyecto, pero quiere garantías en materia de fichajes.
Xavi quiere más poder. El pasado verano Laporta le impuso la incorporación de Joao Félix, pero mucho más tocado estuvo cuando Deco le comunicó que el club no podía contratar a Martín Zubimendi o Joshua Kimmich por motivos económicos. Él había hablado con los dos futbolistas, intentándoles seducir con su proyecto, y lamentó la decisión del presidente y de Deco de destinar 60 millones de euros en Vitor Roque y no a un mediocentro de primer nivel.
Alemany y Jordi
La temporada pasada, Xavi se encontró cómodo con Mateu Alemany como director de fútbol. Mejor sintonía todavía tenía con Jordi Cruyff, con quien compartió muchos debates futbolísticos. El hijo de Johan Cruyff respaldó a Xavi en la necesidad de fichar a un mediocentro top y abandonó el club tras comprobar que Laporta se ponía en manos de Jorge Mendes, posiblemente el agente que mueve más futbolistas.
El pasado verano fue un caos. El último día llegaron Joao Cancelo y Joao Félix, pero también se fueron Éric García y Abde, dos jugadores que Xavi quería tener en su plantilla. El técnico silenció su malestar. El Barça fue el club de la Champions que menos invirtió en fichajes: solo 3,4 millones de euros, los abonados al Girona por Oriol Romeu.
Flick y Márquez
Xavi tuvo buenas vibraciones en las primeras jornadas. Tras golear por 5-0 al Amberes dijo que aquel Barça era el mejor de su etapa como entrenador. Pronto, sin embargo, llegó la caída. Una caída muy pronunciada. El 27 de enero, el equipo tocó fondo tras perder por 3-5 contra el Villarreal, en Montjuïc. Ese día fue el del anuncio de su dimisión en diferido.
Laporta y Deco reaccionaron, pero no tenían ni tienen buenas cartas para una partida ganadora. El único entrenador disponible es Hansi Flick, campeón de todo con el Bayern en 2020, que suscita muchas dudas. También Rafa Márquez, del Barça B, se deja querer. Ante dicho panorama, el presidente prefiere que siga Xavi y Deco apuesta por el técnico del filial.
Reunión entre las dos partes
Llegados a este punto, Laporta se reunirá el miércoles con Xavi. Quiere que siga, pero con sus condiciones. El técnico, mientras, quiere iniciar un nuevo proyecto, pero no a cualquier precio. Quiere que se prioricen sus peticiones para reforzar la plantilla. El desenlace es incierto, pero conociendo a Laporta, muy pasional, no puede descartarse que acabe abrazándose con Xavi y sellando su continuidad hasta junio de 2025. Tampoco tiene una alternativa clara y su matrimonio de conveniencia podría alargarse unos meses más.