La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido dos años y medio de prisión para Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por el beso no consentido a Jennifer Hermoso. La acusación también recoge las coacciones posteriores a la delantera de la selección española. Además, la fiscal Marta Durántez solicita un año y medio de cárcel para Albert Luque, Jorge Vilda y Rubén Rivera.
Rubiales queda imputado por agresión sexual y coacciones según el escrito de la Fiscalía: "Por el delito de agresión sexual la pena de 1 año de prisión, inhabilitación para el derecho de ser candidato en unas elecciones durante la condena, inhabilitación para el ejercicio de profesión relacionada con el ámbito deportivo durante la condena, libertad vigilada durante 2 años y la prohibición de comunicarse con Jenni Hermoso, así como también la prohibición de acercarse a la misma o mantenerse en sus proximidades en un radio de 200 metros durante 4 años".
Año y medio por coacciones
La condena solicitada por la fiscal para el que fuera máximo dirigente de la RFEF, comprende otro año y medio, en relación con las coacciones posteriores a la final de la Copa del Mundo. También se les imputa el mismo delito penal y la pena de año y medio al exseleccionador de España femenina, Jorge Vilda, el director de Marketing de la Federación, Rubén Rivera, y el director de la selección masculina, Albert Luque.
Y es que Rubiales habría presionado a la jugadora de Tigres Femenil para que tomara parte en una declaración pública tras el beso. Nuevamente, durante el viaje en autobús de la expedición de la Federación hacia el aeropuerto, el hostigamiento prosiguió. Instaron a Jenni a bajarse del vehículo para respaldar una nota de prensa ordenada por el mismo expresidente de la RFEF. En el avión, más de lo mismo. Se emplazó a la futbolista a realizar otro manifiesto conjunto que rebajara el ruido mediático.
Según la Fiscalía, después de recibir otra respuesta negativa de la jugadora, las coacciones de Rubiales se extendieron a los familiares de la campeona del mundo. Ahí es donde entraron en acción Vilda, Luque y Rivera. El exseleccionador chantajeó al hermano de Jenni, Rafael Hermoso, para que la futbolista accediera a hablar con Rubiales. Tanto Luque como Rivera se desplazaron a Ibiza entre el 22 y 25 de agosto, donde las internacionales se encontraban de vacaciones, para insistirle a Hermoso. Todos los intentos frenaron en seco con la suspensión del expresidente de la Federación por parte de la FIFA el 26 de agosto.
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