La reforma del nuevo Camp Nou sigue avanzando a paso firme. Más de 1.000 operarios participan a diario en unas obras mucho más ambiciosas que las del nuevo Bernabéu, que simplemente ha sido revestido de una carcasa pero a penas se vio sometido a reformas en la estructura ni derribos. Sin embargo, según ha podido saber Culemanía, no hay una previsión real de que se recorten los tiempos de construcción. Mucho menos, todavía, que se pueda volver jugar este noviembre, como prometió el presidente Joan Laporta para celebrar el 125 aniversario del club.
Fuentes que intervienen en el proceso de rehabilitación y acondicionamiento del coliseo azulgrana han sido contundentes al ser preguntadas por este medio sobre los plazos: "Las obras avanzan a buen ritmo, según lo previsto, pero es del todo imposible que se pueda jugar a fútbol en noviembre de este año. Se puede ir rápido, pero no se pueden hacer milagros".
"Las obras acabarán en dos años"
El proceso de reforma todavía "está centrado en los trabajos subterráneos" y la finalización de las obras "está prevista en dos años". No se ha llevado a cabo ningún trabajo destinado a levantar la tercera grada, esa obra de la que José Luis Núñez se mostraba tan orgulloso y que Laporta decidió derruir, modificando sustancialmente el proyecto arquitectónico del despacho japonés Nikken Sekkei en colaboración con el catalán Pascual i Ausió Arquitectes, aprobado por la junta de Bartomeu.
De hecho, según aseguran las mismas fuentes, la tercera gradería "no se comenzará a construir hasta el año que viene". En 2025. Esto quiere decir que si hay intención de jugar antes, tendría que ser en unas condiciones paupérrimas. Con tan solo dos gradas, un aforo de unas 65.000 personas y sin cubrir ninguna parte del recinto. Ni siquiera el palco presidencial.
La tercera gradería empieza en 2025
Pero más allá de eso, la problemática radica en que no tendría mucho sentido plantar el césped en un estadio que todavía estaría del todo desnudo. La logística para acondicionar el campo comportaría un coste muy elevado en tiempo y dinero, teniendo que desmontar y volver a montar un sinfín de grúas --entre ellas, las más grandes del mundo--, andamios y material de construcción en general.
La junta directiva de Joan Laporta se plantea hacer ese esfuerzo para celebrar el 125 aniversario, en lo que sería una celebración más que justificada. Se podría desmontar todo y volver a montar para un solo partido, pero acarrearía un retraso considerable en los tiempos y las condiciones del recinto serían mucho peores que las del actual Montjuïc.
La obsesión de Laporta
Laporta seguramente volvió a pecar de optimista al creer que se podía llegar a tiempo, pero viendo como está actualmente el recinto, tanto exterior como interior, se antoja impensable pensar que en apenas ocho meses pueda estar todo asfaltado y dispuesto para que accedan más de 60.000 espectadores, con un césped preparado y los servicios básicos de cualquier recinto deportivo con actividad.
Para el presidente sigue siendo casi una obsesión conseguirlo y es sabido que Laporta suele ser de los que se salen con la suya. Aunque sea sobre la bocina y pidiendo la hora. Pero en este caso parece harto complicado y, según explican las fuentes consultadas por Culemanía, como mucho se podría montar la logística para un solo partido y ya sería muy complicado. Conseguir que desde noviembre se pueda jugar de forma habitual allí montando y retirando todo el material cada tres días es una utopía.