El Camp Nou espera tiempos mejores. Tiempos de gloria. Ahora, sin embargo, tiene un aspecto del todo desolador. Deprimente. Sin la tercera grada, sin sillas. Solo se ve hormigón y polvo, mucho polvo. Ni tan siquiera quedan los antiguos banquillos, donde no hace tanto se sentaban Xavi Hernández o Ronald Koeman, junto a grandes jugadores que terminaron su último año con poco protagonismo, como Gerard Piqué o Jordi Alba. Hoy, el Camp Nou da pena.
Las obras avanzan lentamente. En el Barça cada día se duda más de que el primer equipo de fútbol pueda trasladarse al Camp Nou a finales de noviembre para celebrar el 125 aniversario de la fundación del club.
Primera fase
El Barça proyecta que el Camp Nou esté disponible para disputar partidos de fútbol a finales de 2024 con una capacidad máxima de 65.000 espectadores. No parece facticle y, en caso de que se llegase, sería todo descubierto.
La tercera grada, de momento, no se vislumbra. Limak Construction está trabajando con los cimientos, a la espera también de adaptar también los primeros graderíos.
Sin los banquillos
La eliminación de los banquillos del Camp Nou aumenta la sensación deprimente del estadio. También ofrecen un aspecto deprimente los pasillos internos que conectaban los vestuarios del estadio con el terreno de juego.
El futuro Camp Nou será uno de los mejores estadios del mundo. Todavía cuesta visualizarlo. A mediados de 2026, si se cumplen los plazos, tendrá una capacidad para 104.600 espectadores y todas las gradas estarán cubiertas.