Horizonte repleto de obstáculos el que se le presenta a los gestores de la Superliga Europea. A pesar de haber recibido ya el reconocimiento legal desde el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que confirmó que se pueden organizar competiciones al margen del monopolio que ejercen UEFA y FIFA --y que éstas no podrían sancionar a sus protagonistas--, a estas alturas parece imposible que el nuevo torneo arranque en la temporada 2024-25, como se preveía inicialmente.
Es por ello que la empresa encargada de gestionar el proyecto, A22 Sports Management, se plantea como objetivo “perfectamente asumible” dar el pistoletazo de salida a la Superliga en septiembre del 2025, con un presupuesto inicial de 15.000 millones de euros. Ese es el montante megalómano con el que intentará impresionar --y convencer-- a los grandes clubes de Europa que siguen estando en contra de la nueva competición, al menos de puertas hacia afuera.
El CEO de A22 Sports Management, Bernd Reichart, ha empezado ya a conversar con diversos de los clubes que hasta la fecha, y temiendo represalias de UEFA y FIFA, se han mantenido al margen. El camino es largo a la hora de intentar convencer a los mejores equipos del viejo continente --y sobre todo a los de la Premier League--, antes de poner en marcha el ecosistema necesario para crear un torneo que, por no tener, a día de hoy no tiene ni siquiera equipos arbitrales.
La Plataforma Unify para los aficionados
La principal baza de Reichart será demostrar ante los clubes europeos que dispone de esos 15.000 millones de euros, una cantidad teóricamente garantizada por los bancos y fondos de inversión contactados en las tres primeras temporadas --5.000 millones por cada una-- en que se lleve a cabo el torneo. Igualmente deberá explicar al detalle en qué consistirá la llamada Plataforma Unify, que será la encargada de ofrecer gratuitamente todos los partidos de la Superliga. Eso sí, con distintos niveles y modalidades posibles de pago.
Un sistema, de hecho, parecido al que ofrece Spotify: quienes se conecten de forma gratuita a Unify podrán ver los partidos con publicidad; en abierto, pero con anuncios. A partir de ahí, si el aficionado desea pagar por no tener anuncios, lo podrá hacer. Y no solo para evitar la publicidad durante las retransmisiones, sino también para escoger las cámaras de las que quiere disfrutar para ver el encuentro de su equipo favorito. Como quien juega un partido del FIFA o el PES.
De la misma forma, existirá sobre el papel la posibilidad de pagar por tener acceso exclusivo al contenido exclusivo que los clubes generen. Un nicho de negocio completamente nuevo, en definitiva, al margen del monopolio de UEFA y FIFA.
Una guerra fría con nuevos capítulos
Mientras todo sigue en estado embrionario, la guerra fría entre la Superliga y el máximo organismo del fútbol europeo, además de las federaciones de las grandes ligas, sigue dejando nuevos capítulos. El nuevo proyecto, liderado por Florentino Pérez y Joan Laporta, ha reaccionado con sorpresa al hecho de que la UEFA enviase una carta al TJUE, exigiendo rectificaciones en la nota de prensa del fallo.
En esta coyuntura, la Superliga Europea habla de presiones por parte de la UEFA al propio TJUE. “La Justicia se lo ha dicho muy claro y no ofrece dudas: ya no puede amenazar ni sancionar a los clubes que quieran promover competiciones alternativas. Y ahora siguen presionando a los clubes y sorprendentemente al propio TJUE”, remarcan fuentes de la nueva competición. Se esperan nuevas fricciones y batallas dialécticas en las próximas semanas.