Detrás del proyecto de la Superliga hay dos grandes interesados: el FC Barcelona y el Real Madrid. A partir de aquí, que no me vengan con el dicen que dicen asegurando que otros clubes han confirmado, off the record, que también están interesados. Desde Múnich ya han sido tajantes con un "no" y la Premier League tiene una personalidad tan fuerte que no quiere cambios que la hagan peligrar.

Así que los interesados de aquí se quedan prácticamente solos, pero con la gran suerte de tener una parte de la justicia de su lado. Me refiero a la ordinaria, el TJUE que reside en Bruselas. Porque, como es lógico, la justicia propia de la UEFA que se dirige desde Suiza dirá siempre que no.

Pero la gran pregunta es: ¿tiene futuro esta Superliga? Fuentes directas que he podido consultar son tajantes pese a ir en contra de sus intereses: de ninguna manera, aunque celebran que el TJUE les haya dado la razón porque lo que desean y persiguen es dar un poco de miedo al formato actual de Champions, para que los clubes acaben comiéndose una parte mayor del pastel.

Un detalle no menor es que se habla del Barcelona y el Real Madrid y de A22 Sports Management, así como de la Superleague Company, pero no se menciona al equipo jurídico, el bufete de abogados que los lleva: Clifford Chance.

La elección no es ninguna casualidad. Con sede en Madrid y muy bien considerados por el presidente blanco, Florentino Pérez, consideran que el arma más fuerte que deben tener es la de los abogados para sacar el máximo, pero en ningún caso ganar la partida completa. Y no les interesa ganar la batalla final, porque no tienen el dinero suficiente para liderar ninguna competición paralela.

A partir de aquí, muy atentos a los recursos que se puedan ir ganando. Todos siempre serán menores. Por poner un ejemplo, hablan de ofrecer los partidos en abierto. Pues bien, esto depende del derecho local de cada país y en un sitio les darán la razón y en otros no. Todo forma parte del espectáculo que nos ofrecerán, a partir de ahora, para llegar a un pacto de caballeros.